HISTORIAS DEL CLÁSICO: Messi se presenta en sociedad con un "hat-trick"

Fue un diez de marzo de 2007 cuando el barcelonismo conoció, de primera mano, lo que podía llegar a dar de si una joven perla que se llamaba Lionel Andrés Messi. El diez ya había destacado en las categorías inferiores del club y había dejado destellos de su magia en el primer equipo. Sin embargo, fue en el segundo clásico de la 2006-2007 cuando se pudo decir, sin ningún tipo de dudas, que había nacido una estrella.

Lo hizo en un equipo en clara decadencia, donde los pilares que tiempo atrás habían llevado al club a la gloria en París prácticamente deambulaban por los terrenos de juego. El Barça llegaba en clara tendencia negativa a un Clásico ante el Real Madrid y en el Camp Nou que se puso francamente negro con la expulsión de Oleguer Presas. 

Peor fue cuando Ruud van Nistelrooy anotaba el primer tanto del partido. Sin embargo, seis minutos después apareció el genio de Rosario para empatar. El holandés volvería a poner por delante al equipo merengue y, veinte minutos después, Messi se empeñaba en empatar un partido que los azulgranas merecían perder. Contra las cuerdas, llegó el gol de Sergio Ramos a la salida de un córner. Con uno menos, el Barça se volcó a por el gol que llegaría tras una increíble acción individual de Leo. Ronaldinho se iba al centro del campo, se llevaba a dos defensores y se la dejaba a Messi a tres cuartas partes de cancha. El diez se marcaba una diagonal diabólica hasta dentro del área donde se iba de dos defensores y acababa batiendo a Casillas.

"Messi, Messi, Messi"

La afición lo tenía claro tras esa exhibición: Messi, Messi y Messi. Tres goles que le catapultaron en una temporada gris y negra, pues finalmente acabarían perdiendo LaLiga por el golaveraje y de forma agónica. Lio acabaría esa temporada con diecisiete goles y comenzaría a labrarse una historia preciosa en un equipo del que nunca se irá.