Como se esperaba, Ousmane Dembélé volvió a mostrar en su segundo partido con el FC Barcelona, esta vez de inicio y contra la Juventus de Turín, que es un jugador eléctrico, con regate y, sobre todo, mucha actitud para dejarse la piel sobre el terreno de juego.
El juego vertiginoso del francés, con y sin balón, provocó desajustes en el flanco defensivo de la Juventus de Turín y le sirvió al Barça, debido a la acumulación de defensores que arrastraba Dembélé en la derecha, a generar más espacios que pudieron ser aprovechados por Suárez y Leo Messi.
La cuestión es que, con el paso de los minutos, Dembélé fue participando más y más en el juego ofensivo del FC Barcelona. Estuvo a punto de recibir un balón en un contragolpe en el que se adelantó Buffon por centímetros, pero tan sólo unos minutos después podría haber provocado la jugada del primer gol del partido, siempre y cuando el colegiado hubiese pitado penalti.
Y es que, en un balón dividido en el interior del área de la Juventus, Dembélé acabó recibiendo y controlando el balón. Antes de disparar, fue derribado por Álex Sandro en una carga que le impidió poder disparar con precisión.
Messi fue el primero en marcar a la Juventus
El balón se marchó fuera y el colegiado, Skomina, no quiso señalar el posible penalti, susceptible de interpretación según la fuerza empleada por Sandro para derribar a Dembélé. Pero lo que es cierto es que le derribó por la espalda y tocó balón, pero también el cuerpo y la pierna del jugador del FC Barcelona. La pena máxima no fue señalada, en cualquier caso, y el Barça se acabaría adelantando en el minuto 45 gracias a una buena jugada colectiva, culminada con un gran disparo raso de Leo Messi para batir a Buffon.