Hace unos cinco años, debutó en el fútbol profesional Arthur Melo. Lo hizo en 2015 defendiendo la camiseta del Grémio de Porto Alegre, solamente un lustro después de haber llegado a la cantera del equipo brasileño. Luiz Felipe Scolari, su entrenador en aquella época, apostó por él como titular con apenas 18 años para medirse al Aimoré, en un partido del Campeonato Gaucho que su equipo acabó perdiendo por 2-1.

Mucho ha llovido desde entonces. El mediocentro brasileño brilló con fuerza en el equipo brasileño y su buen papel llevó a Robert Fernández, ex secretario técnico del Barça, a interesarse por él. En verano de 2018, el FC Barcelona​ pagó 31 millones de euros al Grémio para que Arthur se convirtiera en nuevo integrante de la primera plantilla del conjunto azulgrana.

Desde entonces, el rendimiento físico y técnico de Arthur ha sido irregular y, pese a mostrar buenas cualidades, no se ha consolidado como titular indiscutible en el centro del campo del FC Barcelona. Es por ello que, tras una grave crisis económica provocada por una pandemia que ha obligado al fútbol a parar y ha provocado pérdidas millonarias en los clubes, los azulgranas han decidido vender al brasileño a la Juventus.

Arthur beneficia a Grêmio

A la práctica, la operación será un intercambio de futbolistas en el que Arthur se marcha a la 'Vecchia Signora' a cambio de Miralem Pjanic y 10 millones de euros. No obstante, sobre el papel, el traspaso del brasileño reportará 72+10 millones de euros a las arcas azulgranas que ayudarán a cuadrar los balances culés de cara al cierre del presente ejercicio económico, que será el próximo 30 de junio.

El Grêmio de Porto Alegre, lógicamente, se beneficiará de dichas cifras. El conjunto brasileño posee el 3,51% de los derechos del jugador en cualquier operación en la que él esté involucrado, por lo que ha terminado cobrando 2'52 millones de euros en dicho concepto.