Después de un primer tiempo en el que se encallaron ante la portería rival, con un ultradefensivo Deportivo Alavés que se puso por delante a la contra, el Barça de Luis Enrique tuvo que valirse de uno de esos recursos que tiene desde que el asturiano está en la banqueta azulgrana: la estrategia en jugadas a balón parado.
Ese laboratorio personal que trabaja en cada entrenamiento Carlos Unzué, su segundo de a bordo, y que ya le han dado múltiples alegrías a la afición azulgrana. Este sábado y frente a los vascos fue la primera que se da de esta guisa en los que llevamos de LaLiga 2016-2017.
Las cosas estaban negras y se necesitaba un gol como el que marcó Jeremy Mathieu en el minuto 46 del segundo tiempo. El internacional francés se aprovechó de varias pantallas que hicieron sus compañeros para colarse en el corazón del área y saltar más que nadie para cabecear un buen centro de Neymar Júnior. Un gol que celebró con rabia el central que volvía al once después de lesionarse ante el Sevilla en la ida de la Supercopa de España.
Un Mathieu que si bien ha anotado cuatro goles en estas tres campañas con el Barça, tres de estos han sido muy importantes. El primero ante el Real Madrid, que le dio la victoria al Barça en el derbi de la 2014-2015. Otro tanto suyo frente al Celta de Vigo en Balaidos consiguió darle los tres puntos claves, a la postre, de LaLiga del "triplete". Y el de este sábado para empatar un partido que se había puesto muy difícil.