El FC Barcelona volvió de Arabia Saudí con varios problemas a resolver, y uno de los más importantes es la baja de Luis Suárez. El futbolista de Salto pasó por el quirófano para corregir sus problemas en el menisco de la rodilla derecha, pero la sorpresa saltó cuando se hicieron públicas las valoraciones finales. Aunque la operación fue bien y las sensaciones son positivas, su ausencia se alargará bastante más de lo que se esperaba.
El uruguayo no podrá ayudar a los culés durante los próximos cuatro meses, lo que significa que prácticamente se pierde la temporada. Si las previsiones de los doctores barcelonistas fueran perfectas, estaría de vuelta el 12 de mayo, y hay que tener en cuenta que la final de la Copa del Rey está fijada para el 18 de abril, la de la Champions League es el 30 de mayo y la última jornada de LaLiga el 24 de este mismo mes.
En estas circunstancias, en la Ciudad Condal hay un debate abierto sobre la necesidad de fichar un nueve, que deberá zanjarse, con movimientos, o no, antes del 1 de febrero. El mercado de invierno ofrece una oportunidad decisiva para los azulgrana, que podrían cubrir su hueco con una incorporación a mitad de curso. Aunque hay motivos para hacerlo, estos son algunos de los que podrían empujar a no realizarla:
Los motivos del Barça para no fichar un nueve
Recursos
Pese a que es evidente que el Barça se enfrenta a una situación delicada, también lo es que tiene recursos de garantías. A su disposición está Leo Messi, el mejor jugador del planeta, pero también un campeón del mundo como Antoine Griezmann que deberá dar un paso adelante. De la misma forma, no hay mejor momento que este -aunque por una obligación inesperada- para comprobar de qué pasta están hechas algunas de las jóvenes promesas que empiezan a despuntar en el Camp Nou. Ansu Fati y Carles Pérez tendrán más minutos para desarrollar su talento y ayudar a los suyos.
Una ligera remodelación del sistema también podría ayudar a salir del paso, y aunque las revoluciones nunca son buenas a mitad de curso, las piezas que actualmente ofrece el vestuario han demostrado manejarse bien en un 4-4-2 flexible. Esa podría ser la formación ideal para explotar la conexión entre el argentino y el francés, siempre que no haya más ideas útiles para exprimir toda la calidad que se acumula en la plantilla.
Pocas opciones
Con la campaña empezada, nadie quiere debilitarse, lo que hace más complicado aún encontrar opciones interesantes. Las más habituales suelen ser jóvenes por conocer o veteranos que apuran sus días de fútbol, aunque en estas circunstancias, cualquiera de los dos perfiles tendría dificultades para enfrentarse a un reto de tanto nivel. No es nada fácil hacer carrera en la escuadra azulgrana, y mucho menos como sucesor de Luis Suárez. Además, si hubiera alguna estrella en condiciones ventajosas, los catalanes no serían los únicos que le irían detrás.
Sucesión veraniega
Precisamente, la necesidad de tomar una decisión meditada y sin fallos sobre el herederero de Suárez había pospuesto el fichaje hasta el verano. Esta demora tenía una doble vertiente, en primer lugar, deportiva, porque así permitía evaluar en profundidad todas las candidaturas y elegir el relevo ideal para el charrúa; pero también institucional, porque se espera que su recambio incluya una negociación que podría llevar un tiempo resolver. Las prisas y la precipitación no son buenas consejeras, lo que hace pensar que lo mejor es mantener la planificación como estaba.
Precedentes
En la búsqueda de oportunidades invernales, el recuerdo más reciente de la afición no es bueno, y se llama Kevin-Prince Boateng. El hoy jugador de la Fiorentina no costó demasiado y llegó cedido (1 millón de euros por el préstamo y no interfirió con la planificación), pero aunque se convirtió en una alternativa sorprendente que podía resultar provechosa, acabó pasando sin pena ni gloria por la Ciudad Condal. Un puñado de minutos y un expediente sin goles o asistencias demostraron que no bastan con calidad, mentalidad y experiencia en LaLiga para jugar en el Barça.
Adaptación
Lo que arruinó las posibilidades del ghanés y también de muchos otros es la feroz adaptación que supone el cambio, y más si el destino es un entorno tan exigente y selectivo como el del Barça. No todos están hechos para triunfar vistiendo de azulgrana, y menos con la obligación de hacerlo de inmediato y sin tiempo para entender a los compañeros y las tareas que se exigen al nueve culé. El africano ya se quedó por el camino, otros como Philippe Coutinho no lo consiguieron en un año y medio y el propio Griezmann continúa inmerso en su propia batalla, por lo que parece aconsejable tomar cuantos menos riesgos mejor.