Este sábado el entretenimiento y su crecimiento como industria empujan hacia esa dirección. Pero tampoco es necesario dramatizar: el Bayern Múnich tiene a Audi, Allianz y Adidas en su accionariado, y poco se puede dudar de su modelo asambleario o su capacidad para luchar por títulos. Al final, ellos son los campeones actuales, mientras que el Manchester City y el Chelsea saltarán hoy al campo de juego con la presión de saber que tienen la oportunidad de ganar la Champions League.
Dicho trofeo significaría el primero para el equipo ciudadano, le segunda en caso de que se impongan los ‘blues’. Presión porque estampar su nombre en una final de Champions no es sencillo, pero también porque son dos de los clubes señalados por muchos culpables de la burbuja en la que hoy el fútbol está sumido.
No en vano, ambos clubes han sido dos de las organizaciones que para catapultarse a la élite del fútbol europeo han asumido pérdidas de más de 1000 millones de euros, cada uno, en lo que va de siglo XXI. Sin embargo, lo positivo de este escenario que es que detrás cuentan con inversores que están dispuestos a sostener los números rojos cuando haga falta.
Esta es la paradoja a la que se verán sometidos hoy muchos de los aficionados del FC Barcelona, que desean que Pep Guardiola pueda ganar nuevamente una Copa de Europa, al tiempo que repudian los clubes-estado y todo lo que ello implica. No son los únicos, es la misma contradicción que presentará el presidente del club azulgrana, Joan Laporta, que este viernes también le deseaba suerte al de Santpedor mientras criticaba la existencia de organizaciones como la que él dirige desde los banquillos.
Cambios importantes
Durante las últimas semanas, se ha podido ver cómo el Atlético de Madrid pone en marcha una ampliación de capital de 181,9 millones, que le permitirá limpiar las pérdidas por la covid-19 y reducir su endeudamiento. Lo propio ha hecho el Espanyol, aunque más modestamente, con unos 38 millones. Por el contrario, Barça y Madrid solo tienen la vía de aplicar fuertes ajustes salariales (los blancos han logrado una rebaja del 10% con ejecutivos y algunos futbolistas) y la del endeudamiento.
Laporta lo advirtió este viernes: “Hoy tenemos la masa salarial a un 110% de los ingresos previstos; no cumplimos con el fair play financiero”. Es por esta razón que ambos clubes aún continúan en la puja por la creación de la Superliga. Necesitan ingresos astronómicos para volverse a catapultar a la élite del fútbol europeo.