La afición del FC Barcelona demostró su fe total en el equipo pese a la eliminación en Champions

El FC Barcelona se despidió de la actual Champions League tras una dolorosa caída ante el Paris Saint-Germain este martes en el Lluís Companys de Montjuïc, un escenario que tuvo un lleno total para recibir un partido que ofrecía una nueva ilusión importante al barcelonismo. Y es que tras fracasos deportivos en la fase de grupos de la competición en los últimos dos años y también en la Europa League, con aquella imagen ante el Eintracht de Frankfurt, los culés se volvieron a sentir muy cerca de la gloria europea.

Por eso, y pese al 1-4 ante el PSG en la vuelta de los cuartos de final, estar tan cerca de volver a una semifinal de Champions se ha mostrado como el inicio de algo para una afición que este martes mostró toda su fe y compromiso, incluso recibiendo al propio Barça con un poco de hostilidad al pensar que el autobús que llegaba al Estadi Olímpic en ese momento era el del PSG.

Los culés no dudaron en respaldar al equipo en Montjuïc

Posteriormente, ya con la eliminación concretada tras una polémica actuación arbitral, la afición aplaudió a los jugadores en un emotivo reconocimiento final a su participación en esta edición, al 2-3 de la ida en París y a una lucha final que se mantuvo durante gran parte del partido, pese a la desigualdad numérica. Sobre todo porque a pesar de ello, el Barça no estuvo tan lejos de forzar la prórroga con diez.

El Barça estuvo cerca de recompensar la fe de su afición

El 2-3 en la vuelta fue una posibilidad real unos 10 o 15 minutos antes del 1-4 final de Mbappé que acabó con la fortaleza como local del conjunto catalán en esta edición del torneo, y también le dejó con las manos vacías en cuanto a una clasificación al primer Mundial de Clubes con 32 equipos. También es importante resaltar la actitud de los seguidores azulgrana hacia un rival ya odiado de por vida como Ousmane Dembélé, el nuevo Judas para la afición culé, algo que acabó con el francés siendo el MVP del partido, pero llevándose un claro mensaje de un barcelonismo que se ilusionó de nuevo en Europa.