Raphinha y Sergio Busquets fueron las primeras variantes de Xavi Hernández ante el Inter de Milán (3-3) cuando el equipo se hundía en errores defensivos. Con el 1-2 en el marcador, el técnico egarense apostó por Ansu Fati y Frenkie de Jong para intentar cambiarle la cara al equipo y, finalmente, se logró rescatar un empate que sabe a poco y deja al conjunto blaugrana al borde de la eliminación en la Champions League.

'Busi' fue de más a menos y cometió un fallo grave que costó el segundo gol 'nerazzurri'. El mal pase del '5' dejó expuesto el fondo culé. Calhanoglu logró habilitar a Lautaro Martínez y el argentino, el mejor del ataque visitante, dejó regado a Eric García antes de definir con un potente remate cruzado que dejó parado a Marc-André ter Stegen. Previamente, el de Sabadell ya comenzaba a sufrir el partido y Gavi tenía que cubrir cada vez más terreno por su lentitud.

Tras el choque, el capitán tiró de autocrítica: "Una decepción. Era un grupo difícil, pero teníamos que aspirar a más después de todos los fichajes que se han hecho. No es matemático, pero está muy difícil", reconoció Sergio, quien junto a Eric García fue el único en dar declaraciones tras el amargo empate ante el Inter. Los jugadores se marcharon muy tocados al vestuario, pero toca pasar la página y pensar en el Clásico.

Cada gol en contra "es un caos"

Además, Busquets analizó el trabajo del equipo durante el partido. "No hemos estado todo lo contundentes en las áreas y eso se paga en Champions. Era un cara o cruz y nos ha salido mal en esa segunda parte".  Asimismo, el jugador de 34 años comentó que "el primer gol suyo les ha dado un plus y a nosotros nos lo ha quitado y hemos ido a remolque. Parece que cuando nos marcan un gol es un caos".

A pesar de ello, el capitán también valoró el esfuerzo del equipo. "Quedaba mucho partido, lo hemos intentado, pero ha provocado que no estuviéramos precisos ni bien colocados, de ahí sus contragolpes. No hemos tenido suerte, hemos hecho méritos suficientes en otros partidos para sacar algo más", sentenció el de Sabadell, quien además analizó el impacto que puede tener el tropiezo del miércoles del cara al Clásico del domingo.

"Está claro que sí (afecta para el Cásico). No es agradable la sensación con la que hemos acabado la segunda parte. Ahora hay que preparar el partido ante el Madrid, pero no queda otra que levantarse", puntualizó el capitán de un Barça que buscará ratificar el liderato de LaLiga en el Santiago Bernabéu con una victoria que sirva, además, para olvidarse del mal sabor de boca de la Chmapions.