El VAR llegó para reducir los errores y polémicas arbitrales. Al menos ese es su propósito. En la práctica, la asistencia vídeoarbitral sigue dejando mucho que desear y el martes le tocó al Atlético vivir una de esas noches amargas que jugadores y cuerpo técnico quiere borrar rápido de sus memorias. Los 'colchoneros' cayeron en un partido muy parejo y trabado ante el Bayer Leverkusen (2-0) en un partido que podrían haberse ido con ventaja al descanso.
Además de la polémica, realmente pasó poco en el primer acto. Los visitantes, con bajas sensibles en su once, debieron encomendarse a Ivo Grbić en el arco y a una defensa improvisada con Felipe, Mario Hermoso y Axel Witsel en línea de tres en el fondo junto con Nahuel Molina y Reinildo. Arriba, Diego Simeone apostó por su dupla estelar: Joao Félix y Álvaro Morata, pero no fue una buena noche para ambos. Particularmente para el '19', perdido en el campo.
Sobre el minuto 23 llegó la polémica. Una mano clamorosa del central Edmond Tapsoba en el área pasó inadvertida para el principal Michael Oliver y para el juez de línea. Eso, sin embargo, puede pasar por la rapidez de la acción. Sin embargo, lo llamativo es que ni Chris Kavanagh, árbitro asistente de vídeo, ni Stuart Attwell, su asistente, sancionaran la mano penal desde las oficinas del VAR. Y la acción fue revisada.
Después del bochorno, el 0-0 se mantuvo ante el descanso. Con toda la pinta para que el partido acabase en un empate sin goles, Simeone apostó por Antoine Griezmann en su momento fetiche (minuto 63). También ingresaron Ángel Correa y Matheus Cunha en el tramo final, pero los locales fueron los que más lo intentaron en el complemento y, cuando el tiempo expiraba, obtuvieron recompensa.
Duro castigo para un Atlético sin ideas
Si bien los 'colchoneros' acumularon gente arriba en el tramo final, fue el Leverkusen el que rompió el cero con contundencia. Jeremie Frimpong, ingresado a 20 minutos para el final, se inventó dos asistencias para liquidar el partido, primero a Robert Andrich en el 84' y tres minutos más tarde a Moussa Diaby. Los errores defensivos y la falta de ideas dejaron con las manos vacías a un Atlético que en la próxima jornada irá a Bélgica para enfrentar a un Brujas en racha.