A pesar de la superioridad histórica que Luis Enrique puede tener sobre Xavi Hernández como entrenador, algo que el propio asturiano destacó el pasado martes, finalmente el míster del FC Barcelona se quedó con el duelo de técnicos en la ida de los cuartos de final de la Champions League. Un doblete de Raphinha guió el triunfo azulgrana, que tuvo una remontada en el Parque de los Príncipes, sobre todo gracias a los cambios del míster culé.

Y es que dos de esas modificaciones tuvieron impacto inmediato y le dieron al Barça una gran victoria (2-3) en París, dejando al club azulgrana en una gran posición de cara al encuentro de vuelta, el cual se jugará el próximo martes en Montjuïc. El triunfo culé, a pesar de ya no existir el valor extra para los goles de visitante, significa el poder manejar con más tranquilidad el segundo partido de la eliminatoria, pero también fue un golpe sobre la mesa de Xavi respecto a si puede representar mejor, o no, el ADN Barça.

Luis Enrique intentó entrar en la cabeza de Xavi y poco pudo hacer

Luis Enrique, muy a su estilo, había aclarado que las estadísticas lo ponían muy por encima del egarense y por lo tanto podía representar mucho mejor la filosofía de juego del conjunto catalán, pero ya sobre el campo la diferencia no fue tal. De hecho, las decisiones del entrenador del Barça modificaron el rumbo del partido de gran manera, sobreponiéndose al cambio en el descanso del PSG, que en cierta medida, permitió que los galos pudieran remontar el 0-1 inicial de Raphinha.

Y es que ya con el 2-1, y sabiendo que el empate podía ser un resultado también muy positivo, pero además detectando la inferioridad numérica y de intensidad en el centro del campo, Xavi mandó al campo a Pedri poco después de cumplirse la hora de partido. En ese momento se produjo el regreso del canario tras su lesión en marzo, pero lo más importante es que el éxito de ese cambio fue instantáneo.

El '8' entregó un pase quirúrgico a un Raphinha que aprovechó otra vez la debilidad defensiva de PSG, y sin controlar, definió de volea con su zurda para completar su doblete y además dejarle claro a Luis Enrique que estaba siendo superando en su rol de 'maestro'. El asturiano quiso demostrar su superioridad en casi todo el partido al intentar tener tantos 'jugones' en el campo como fuese posible y, a partir de la posesión, atacar más y ganar así el partido.

Luis Enrique corrigió muy poco y del otro lado se encontró con un Xavi muy acertado

Sin embargo, en un momento tuvo que retroceder en sus intenciones y agregar un tercer mediocampista, algo que en Francia sorprendió a muchos cuando no hizo al tener en cuenta que jugó con un doble pivote muy poco defensivo al dejar en el banquillo a mediocentros puros como Zaïre-Emery, Danilo o Ugarte. Pero seguramente lo más cuestionable fue salir sin un '9' al partido, algo que además solo modificó a los 85 minutos, mientras que del otro lado, Xavi intentó hacer todo lo que el partido le pedía, tanto con el XI, como después con los cambios.

Así llegaría el 2-3 final, gracias a un intento del catalán de consolidar su mediocampo con el ingreso de Andreas Christensen por un Frenkie de Jong que también estaba volviendo tras poco más de un mes de baja por lesión. El danés representaba poder manejar mejor los ataques parisinos que seguramente llegarían en el último cuarto de hora, pero es que además el central, reconvertido a pivote, supo dar otro agregado en ese cambio: el juego aéreo.

Un minuto en el campo y anotó sin problema alguno tras un tiro de esquina al área pequeña. Así, Xavi completaba su demostración que muchas veces no hace falta tanta experiencia previa y títulos importantes para saber leer mejor un partido y además utilizar de mejor forma lo que tienes disponible. Ahora en la vuelta el Barça podrá comenzar con el control de la eliminatoria, aunque el egarense sí que necesitará demostrar nuevamente su manejo táctico y de modificaciones al no poder contar por sanción con Christensen ni con Sergi Roberto.