FC Barcelona y Celtic de Glasgow volverán a verse las caras en la máxima competición. Dos clubes históricos que ya han disputado un total de once partidos, con un claro dominio azulgrana en cuanto a las estadística. Pues en los ocho encuentros de Champions y los tres de Europa League (antigua Copa de la UEFA), los blaugranas tienen un balance a favor de siete vistorias, dos empates y tan solo una derrota.
Eso sí, que nadie crea que ganarle al Celtic es algo sencillo para el Barça, pues siempre ha tenido que sudar de lo lindo para hacerlo, como hace cuatro años con aquel gol en el último minuto de Jordi Alba en el Camp Nou. Los reyes de Escocia tienen mucho orgullo y siempre han plantado cara a los catalanes. Espoliados siempre por una grandísima afición que los hace volar con el famoso "You'll never walk alone", son un duro rival.
Que se lo digan al Glasgow Rangers, equipo que después de desaparecer por deudas económicas en 2012 y refundarse, tuvieron que esperar cuatro años para volver a la Primera escocesa y lucharle el mítico "Old Firm" a los de Brendan Rodgers. Y salieron escaldados del Celtic Park, donde Dembélé, Brown y Warburton no tuvieron piedad de ellos y les acabaron acribillando con una goleada inapelable de cinco tantos a uno.
El delantero francés, incipiente joya del clbu que está cerca de explotar, fue el mejor cerrando su cuenta particular con tres tantos. Una victoria que no hace más que reafirmar la supremacia actual del Celtic en Escocia, donde ya ha ganado las cinco últimas ligas y supera en Copas a su máximo rival, con 36 por las 33 de los protestantes. En Europa es otra cosa, y el Celtic es el club más laureado gracias a la Copa de Europa conseguida en la 66-67. También cuentan con una final de Champions (69-70) y una de la UEFA, la de Sevilla de 2002-2003.
En definitiva, un club histórico que siempre compite y nunca pone las cosas fácil. El rey de Escocia quiere conquistar también Barcelona y su legión de seguidores invadirá la Ciudad Condal en busca de algo positivo que llevarse a la boca. Un choque de los que gusta siempre disputar.