Gol anulado y penalti: Las dos polémicas jugadas que beneficiaron al Madrid

El Real Madrid se salvó este martes contra el Chelsea en la primera parte y tuvo mucha suerte de no irse al descanso del duelo goleado. Los 'blues' fueron muy superiores, jugaron con dos marchas más y tuvieron varias opciones clarísimas para poder marcar. Thibaut Courtois en una ocasión, pero sobre todo las malas decisiones en el último pase o golpeo impidieron que los ingleses marcaran más goles.

Al final, los madridistas tuvieron fortuna recibiendo solo un tanto en los primeros 45 minutos. Además, la suerte se multiplicó por dos cuando Karim Benzema empaló una gran volea​ al fondo de las mallas tras controlar de cabeza dentro del área una dejada de Éder Militao desde el primer palo. El brasileño, a su vez, recibió otra dejada de Casemiro tras un balón parado con mucha polémica.

El centrocampista defensivo blanco le ganó la partida a Azpilicueta en el salto y propició la posterior peinada de Militao y la diana de Benzema. Un salto que dio mucho de lo que hablar, ya que es indiscutible que el mediocentro se apoyó en el defensa español a la hora del cabezazo. Una acción evidente, pero gris, como todas las disputas con balón de por medio, por lo que el VAR no se pronunció y el gol subió al marcador.

Choca, no obstante, que el árbitro, Danny Makkiele, no viera infracción de Casemiro, que claramente se apoyó sobre el lateral del Chelsea. El holandés simplemente vio una disputa en la que el ex del Sao Paulo fue más fuerte y salió vencedor, algo que también ven todos los madridistas. Sin embargo, muchos no lo ven así y reclaman falta clara del '14'. Por suerte para los merengues, el VAR les salvó al no querer corregir esta decisión del colegiado.

Penalti de Carvajal con el 1-1

Pero esa no fue la única jugada polémica del duelo, ya que en la segunda parte, antes de llegar a la hora de encuentro, los 'blues' reclamaron sin demasiado convencimiento penalti por un absurdo empujón de Dani Carvajal sobre Ben Chilwell. El carrilero de Leganés desequilibró claramente al inglés en una disputa sin el balón de por medio con un empujón con su brazo, pero el colegiado no vio nada y el VAR volvió a no entrar.

Una acción tan clara como ridícula, ya que el defensor blanco no tenía necesidad de soltar el brazo como lo soltó. No obstante, el empujón existió y Chilwell lo protestó, aunque es cierto que lo hizo sin demasiado convencimiento por lo absurdo de la jugada. Una ocasión más en la que los locales se salvaron, ya que no hay duda de que podría haberse pitado pena máxima, que se podría haber convertido en el 1-2.