El FC Barcelona se despidió de los cuartos de final de la UEFA Champions League con una amarga goleada en casa ante el Paris Saint-Germain (1-4). Tras el partido, uno de los pocos jugadores culés en dar la cara a la prensa fue Ílkay Gündogan. Fiel a su costumbre, el alemán tiró de autocrítica, si bien no dudó en criticar la decisión del rumano Istvan Kovacs de pasar por alto un claro penalti que el '22' sufrió en el complemento.
"Creo que merecía un penalti. Estaba corriendo y el rival claramente me bloqueó. Le dije al árbitro que era penalti y en lugar de eso me sacaron una tarjeta amarilla", explicó el internacional alemán en zona mixta. Lo más escandaloso de la jugada fue la no intervención del VAR a pesar de que la repetición de la jugada evidenció el claro contacto de un Marquinhos que ya estaba amonestado.
Gündogan, hundido por la eliminación del Barça
Por otra parte, el de Gelsenkirchen se mostró hundido y frustrado por la eliminación culé. "Esto es la Liga de Campeones. No importa el rival, es imposible remontar si uno de tus jugadores es expulsado. Estamos muy decepcionados. Sentíamos que teníamos el control del partido antes de la tarjeta roja", explicó Gündo. Además, añadió: "El sentimiento es claramente de frustración. Todo estaba en nuestras manos, pero se lo regalamos al PSG lo más fácilmente posible".
El 'palo' de Gündogan a Araújo por su expulsión
Sin embargo, el mediapunta fue mucho más autocrítico que Xavi Hernández con Ronald Araújo por la jugada que cambió el rumbo de la eliminatoria. "En estas acciones tienes que estar seguro de tocar el balón. Dale la oportunidad, quizás la detiene el portero, o incluso concede el gol, pero quedarte con un jugador menos…", dijo en referencia a la expulsión del 'charrúa'.
Lo propio sucedió con Frenkie de Jong nada más concluir el partido. "No he visto la expulsión. Sólo tenía la sensación de que el control de Barcola iba a las manos del portero", argumentó el neerlandés, quien además admitió que el equipo lo intentó hasta donde pudo, "pero no daba para más". Al final, el Barça nunca bajó los brazos con un hombre menos, pero el PSG fue claramente superior.