Uno de los puntos más fuertes en la victoria del Barcelona frente al Dynamo Kiev fue, sin duda alguna, la actuación del portero Marc-André Ter Stegen. Después de haber estado ausente desde el 18 de agosto, al ser operado del tendón rotuliano de la rodilla derecha, el alemán ha logrado mostrar todas sus capacidades y sus paradas fueron fundamentales para la victoria de su equipo. No obstante, este triunfo dejó en evidencia el desorden defensivo que tiene el club culé en muchos periodos de los encuentros.
Este guardameta es sinónimo de seguridad pero ¿basta con un buen portero para trascender internacionalmente? Pues claramente no. El equipo azulgrana comenzó de muy buena manera, atacando, siendo incisivos por las bandas y haciéndose dueños de la pelota, pero esto no duraría más que 15 minutos. Después de pasar un primer cuarto de hora muy difícil, el club ucraniano se lograría recuperar y tendría varias oportunidades de nivelar el encuentro.
En el fútbol siempre han sobresalido los futbolistas que logran tomar decisiones acertadas en cuestión de milésimas. Estas cualidades en el pasado eran propias del equipo azulgrana pero en la actualidad no pasa lo mismo. La falta de carácter de cara a portería es una de las carencias más notorias del Barcelona en lo que va de temporada.
Sin gol no se consiguen títulos
Además, uno de los jugadores que más desencajado se vio fue el francés Antoine Griezmann, un delantero que nunca se notó fino en el partido y un ejemplo de ello sería la clara ocasión de gol que desaprovechó en el primer tiempo. De haber concretado el 2-0 el equipo catalán habría encontrado mucha más tranquilidad de cara a la segunda mitad pero no fue así. Este es otro de los tantos partidos en el que el atacante galo no termina de mostrar todas sus capacidades y pareciera que cada vez más la presión psicológica está jugando en su contra.
Asimismo, otro que tuvo un nivel muy por debajo de las expectativas fue Lionel Messi. Durante gran parte del duelo el argentino no ayudo en la presión y en varias oportunidades se le vio caminando mientras sus compañeros retrocedían a gran velocidad para defender los incisivos ataques de los extremos del Dinamo. Una actitud que en temporadas pasada parecía imposible que el internacional con argentina tuviera, pues siempre se caracterizó por su gran entrega.