La temporada 2018-19 ha empezado con una discusión que ya es habitual en la Ciudad Condal: Luis Suárez necesita más tiempo para llegar al máximo y muchos cuestionan su calidad, algo que el uruguayo siempre acaba remediando a base de entrega y goles. Aunque ya ha empezado a cumplir su expediente en cuestiones anotadoras, espera seguir mejorando sus sensaciones, y sí se centra en las estadísticas en el torneo más importante de la temporada.
En el camino del FC Barcelona vuelve a cruzarse la Champions, en la que hay cuentas pendientes a nivel colectivo pero también individual. En particular, el de Salto quiere sacarse la espina tras dos campañas para olvidar, en las que el equipo ha caído antes de lo previsto y en las que no hay podido ayudar a los suyos como debería. Una diana en diez apariciones en el curso 2017-18 y tres en nueve en el 2016-17. Números demasiado escasos para un delantero de su nivel.
Aprovechando su renovada racha, quiere convertir al PSV Eindhoven en su próxima víctima, después de perforar las redes del Huesca con un doblete, repetir con Uruguay y volver a 'mojar' contra la Real Sociedad. Los holandeses pasarán el Camp Nou este martes, un estadio que además de le da bien al 'charrúa' y donde se siente mucho más cómodo, algo que también reflejan los datos. El primer examen será serio, pero el resto irán aumentando la dificultad.
Entre otras metas, Suárez quiere alcanzar de nuevo regularidad fuera de casa, donde no marca desde una visita a Roma en 2015. Además del Philips Stadion, prácticamente inmaculado en lo que va de Eredivisie, Tottenham e Inter de Milán no darán facilidades en su casa, pese a que de momento su trayectoria sea bastante más irregular que la que han exhibido los pupilos de Mark van Bommel. El Grupo B es de los más peligrosos.
Dembélé y Coutinho pueden ayudar a Suárez
Con el 4-4-2 que disponía hace unos meses, el Barça ganó solidez pero complicó algo la vida a sus delanteros, entre ellos el propio Suárez. Con Leo Messi siempre liberado, el uruguayo quedaba encerrado a menudo por las retrasadas defensas rivales, con más facilidad para rodear a un referente que brilla cuanto más se acerca al área. Este año, el panorama ha cambiado mucho.
La explosión de Ousmane Dembélé y la inscripción de Philippe Coutinho en Champions han dado armas a los culés, que además podrían facilitar la vida del '9', que se beneficiará de su desequilibrio y también de tener más pasadores a su disposición. Él será el que tenga que pelear con los centrales para romper barreras y dejar espacios para el resto, pero con más mordiente ofensiva, puede aumentar su producción. Es el gran objetivo, y luchará lo que haga falta por conseguirlo.