Müller sacó las vergüenzas del Barça y Alaba empató en propia puerta

Para algunos fue una oda al fútbol, para otros un correcalles. Sea cual sea la definición correcta, la realidad es que el inicio de partido entre FC Barcelona y Bayern Múnich no dejó indiferente a nadie este sábado en el Estadio Da Luz de Lisboa. Los dos equipos salieron a atacar y a intentar dominar la posesión, sin preocuparse tanto de los tremendos espacios que dejaban atrás.

A los dos minutos de partido Luis Suárez estuvo a punto de rematar un pase de la muerte de Sergi Roberto que Boateng, en última instancia, desvió ligeramente para que Neuer acabase rechazando el peligro. Era el primer aviso de que el partido estaría lleno de emiciones en ambas áreas. Porque dos minutos después, en el 4', fue el Bayern Múnich el que pegó. Y lo hizo marcando el primer gol del choque.

Una pérdida de Busquets en el centro del campo cogió al equipo desprovisto atrás. Eso, unido a la velocidad de juego y a la inteligencia de los jugadores del Bayern, propició un ataque rápido por la banda de Gnabry, quien colgó el balón al centro del área para que Lewandowski, de forma sutil, asistiera a un Müller que venía de cara y que no falló en el remate.

El FC Barcelona ya iba por debajo en el marcador, y eso que todavía no habíamos llegado a los cinco minutos de partido. Lo que nadie esperaba es que, antes del 10', el equipo blaugrana conseguiría el empate de la forma más curiosa. El Bayern se hizo el harakiri al adelantar demasiado la defensa y el Barcelona lo aprovechó para atacar por la banda de Jordi Alba, con un pase de la muerte del de L'Hospitalet que remató, sorprendentemente, David Alaba.

El gol del Barça, engañoso: El Bayern fue una apisonadora

El austríaco intentó despejar, pero lo hizo de forma horrenda y acabó marcándose un auténtico golazo en propia portería. Manuel Neuer rozó el balón, pero no pudo evitar que el conjunto culé empatase el electrónico en el minuto 7 de encuentro. Poco duraría la alegría para los blaugrana. Porque los minutos siguientes serían un auténtico tormento.

Porque, en media hora, el FC Barcelona habría recibido ya cuatro goles. Un auténtico vendaval que dejó al Barça desnudo, sin ideas ni la esperanza suficiente como para intentar siquiera luchar por acercarse a la portería rival. Festival del Bayern Múnich en Lisboa a costa del Barcelona, y un descalabro absoluto de los culés que no es que rozara el ridículo. Es que lo fue, sin más.