La Juventus de Turín ya espera a Real Madrid o Atlético de Madrid en la final de la UEFA Champions League 2016-2017. Los bianconeri se impusieron al AS Monaco en la vuelta de las semifinales en un partido que, nuevamente, volvió a ser italiano dada su superioridad. Dani Alves, como ya hizo en el partido de ida, fue crucial en la victoria por su asistencia y gol.
Y eso que al igual que en el primer partido, los del principado trataron de dar la sorpresa con un cuarto de hora en el que se lanzaron al ataque con todo pero no pudieron con el muro formado por la BBC y un Gianluigi Buffon intratable. En base a eso, los locales comenzaron a crecer, a tocar y sentenciaron la eliminatoria.
Gran jugada nacida de los guantes de Buffon le quedó a Dybala en la frontal, este se la dio a Pjanic que, a su vez abrió para Dani Alves en la derecha. Y el ex del FC Barcelona se sacó una asistencia perfecta, en forma de centro medido a la cabeza de Mario Mandzukic que primero atajó Subacic pero cuyo rechace le quedó plácido al balcánico para anotar. Merecido gol por una Juve que no perdió la cara el partido en ningún momento y cuyo dominio de plasmó hasta el final.
Glik le clavó los tacos en la rodilla a Higuaín
Así pues, y justo antes de acabar el primer tiempo, el mismo Dani Alves cazó un rechace en la fronal del área. Allí, sin pensárselo ni controlar, sacó una volea al fondo de las mallas imparable para meta rival. En el segundo tiempo, los locales siguienron dominando y aguantando la extrema agresividad de un Monaco que ya se sabía perdedor.
El único consuelo que encontraron los de Jardin fue el gol de Mbappé en el 75' y poco más. A Glik se le fue la cabeza y acabó pisando, premeditadamente, a Higuaín en su rodilla. El colegido debió expulsarlo pero ni lo amonestó. Con el cabreo del argentino sobre el campo acabó un partido sin más historia que la que marca el equipo de Max Allegri, con su segunda final de la máxima competición en tres años. Ahora que vengan.