Pedri es un futbolista con un talento innato. Es de esos elegidos para poder hacer magia con el balón y en la victoria del Barça contra el Brest lo volvió a demostrar. El centrocampista español se mostró muy seguro en el doble pivote, ayudando a Marc Casadó en tareas defensivas, y soltando su ingenio cada vez que se iniciaba la creación de una jugada.
Bajo el mando de Hansi Flick y su staff, el de Tegueste está encontrando lo que no tenía hasta ahora: continuidad. En las temporadas pasadas, las lesiones no le permitían mostrar todo su fútbol, ya fuese por que estaba de baja o renqueante. No obstante, este curso solo ha tenido la lesión de la Eurocopa, una extensión del ligamento interno de la rodilla, que le impidió asisitir a la gira americana de pretemporada.
El partido contra el Brest, un deleite para el aficionado
Tras el partido contra el Celta, en el que Pedri partió como el centrocampista más adelantado; frente al Brest volvió a jugar en la base con Casadó. Olmo fue el que se ubicó en la posición de '10' sobre el papel. Sin embargo, realmente, al inicio del encuentro, la sala de máquinas no se ciñó exactamente al 4-2-3-1 inicial, sino que era una medular asimétrica.
Pedri disputó 88 minutos, hasta que abandonó el campo sustituido por Frenkie de Jong. Lo hizo entre vítores y aplausos, pues su participación fue muy buena e hizo levantarse al público de su asiento en varias ocasiones con sus fintas. Tuvo un 90% de acierto de pase corto, completó los 4 regates que intentó y ganó 12 de los 15 duelos en el suelo que disputó.
En defensa fue un seguro para su equipo y solo fue regateado una vez. En la creación de jugadas fue un jugador clave, algo que se puede apreciar con el acierto de pase corto, los dribles completados o 12 de 16 pases largos completados. Otro motivo que demuestra su peso en el partido es que fue el futbolista, junto con Robert Lewandowski, que recibió más faltas (5). Cuando juega Pedri, se nota.