Muchas veces pecamos al pensar que un equipo grande camina solo en una competición y que solo otro grande puede hacerle frente. Esto pasa mucho en Francia y es que sí, el PSG tiene una plantilla tan extensa como sobrada en comparación a sus rivales, pero al final son 11 en cada lado del campo y es fútbol.
Así piensa el Lorient, que pasó de ser calentamiento a horno incinerador para un PSG que comenzaba a acelerar en el 2021 para llegar en forma al Camp Nou, hace unos días, pero el penúltimo de su liga logró marcarle tres goles, suficientes para contrarrestar los dos penales anotados por Neymar en el encuentro.
En París poco se habla de fútbol estos días y vaya que es necesario, porque sin Marquinhos en el campo, hay un sufrimiento enorme que no soluciona Kimpembe y mucho menos Kehrer. Verratti es más que solo un gran mediocampista, realmente es el dueño de la medular parisina. Cuando vamos al ataque, es difícil ver a un equipo sufrir con Mbappé, Neymar, Di María e Icardi en punta, pero sí, se desdibujan de forma grave.
Pochettino da alas a la llegada de Leo Messi cada vez que puede, aunque no es precisamente el constructor de la plantilla ni el mayor conocedor del fútbol francés actual, por lo que aquello que recuerde de su etapa de jugador y su experiencia en Premier y España, poco pueden aportar en el corto tiempo que lleva, que además es la primera experiencia en un vestuario pesado.
Neymar disfruta en París, se quiere quedar, va a renovar y espera que Mbappé también, pero no puede solo y tal vez por eso pide a gritos a Messi, incluso sabiendo que la salida de Kylian es 99% probable para que se cumpla su reunión con su gran amigo argentino. Tal vez algo de razón lleve, pero sin los penales poco hizo.
Mbappé, Di María e Icardi no fueron los más acertados y poco recibieron de la dupla Paredes-Danilo, que son muy buenos al lado de Verratti pero cuando les toca sin el italiano se quedan más en lo físico y les cuesta mucho aportar a la fluidez de sus compañeros. Y falta muy poco para la Champions.
El gravitar erróneo del equipo en un partido sí y un partido no, puede solucionarse en una gran noche, pero esa sensación de irregularidad puede derrumbar a cualquiera si en frente tienes a un equipo como el Barcelona, que sigue contando con Leo Messi.
Actualidad casi pareja
La racha positiva que consiguió Koeman recientemente es la única buena noticia de un Barcelona que también navega en irregularidades esta temporada, aunque en Messi hay un rayito de esperanza al ver como el argentino recupera de a poco el buen nivel y se implica más en el marcador, juego colectivo y actitud.
El duelo en el Camp Nou presenta a un PSG un tanto ilegible, que ya tiene la mano de Pochettino en su juego y al mismo tiempo lagunas grandes si la noche no es la ideal. Esto le cae bien al Barcelona, que de momentos no está para un rival muy pulido.