La propagación del coronavirus obligó al mundo del deporte a suspender todas sus competiciones durante unos meses para evitar que la pandemia siguiese creciendo. Con el paso de las semanas, las competiciones se pudieron ir reanudando con un estricto protocolo de seguridad: primero le tocó a la Bundesliga alemana y luego a LaLiga Santander, mientras que próximamente se reanudarán la Premier League inglesa y la Serie A italiana.
Naturalmente, la pandemia ha obligado a idear un calendario muy distinto a lo habitual. Si año tras año, las competiciones domésticas y las internacionales se juegan entrelazadas, las nuevas fechas pondrán un nuevo orden: la Champions League y la Europa League se reanudarán el próximo mes de agosto, una vez hayan terminado las ligas nacionales de cada país.
Este miércoles, la UEFA ha decidido el cambio de formato de la Liga de Campeones 2019-2020 en consecuencia de la pandemia. Finalmente, se celebrará una final a ocho en Lisboa que determinará las eliminatorias a partido único a partir de los cuartos de final. Los encuentros se disputarán en el José Alvalade (estadio del Sporting de Lisboa) y Estadio da Luz (campo del Benfica), mientras que la gran final tendrá lugar el próximo día 23 de agosto en este segundo estadio. Esta 'final a ocho'' se jugaría del 12 al 23 de agosto en el Estadio da Luz del Benfica. Los cuartos de dividirían entre el 12, el 13, el 14 y el 15 de agosto, con las semifinales comprendidas entre los días 18 y 19.
A día de hoy, todavía están en el aire las sedes de los partidos que faltan por jugar de la ronda de octavos de final (Manchester City-Real Madrid; FC Barcelona-Nápoles; Bayern de Múnich-Chelsea y Juventus de Turín-Olympique de Lyon). La alternativa más factible es que se jueguen en los estadios de los equipos que deberían acojer la vuelta, pero no se descarta que también se jueguen en Lisboa.
El Barça, a por la Champions
El FC Barcelona pretende dar el golpe en la Champions League, aunque el equipo debe mejorar para ser competitivo contra los más grandes. Los de Quique Setién ya han jugado dos partidos después de la pandemia -contra el Mallorca y el Leganés- y el equipo se ha mostrado algo irregular, con momentos de buen juego y otros en los que se ha notado que falta ritmo.
La gran esperanza culé es el talento que tiene la plantilla, que tiene experiencia en grandes gestas. Los técnicos y los jugadores saben que este equipo tiene potencial para hacer frente a cualquier rival, motivo por el que se espera que el nivel de juego mostrado hasta final de temporada vaya de menos a más. Además, el equipo parece que ha vuelto muy fresco mentalmente, como se ha demostrado en los dos primeros partidos.