El próximo mes de febrero, se abrirá un nuevo capítulo de la rivalidad entre el FC Barcelona y el Paris Saint-Germain en la Champions League. Un enfrentamiento que se ha producido en varias ocasiones a lo largo de la actual década y que siempre ha tenido a los azulgranas como vencedores en eliminatorias (cuartos de final 2012-13, cuartos de final 2014-15 y octavos de final 2016-17).
De todos estos cruces, el más especial fue el último con diferencia. Especialmente porque, en el partido de ida de los octavos de final de la edición de 2016-17, el Paris Saint-Germain dejó la eliminatoria prácticamente sentenciada con un 4-0 en el Parque de los Príncipes que no hacía pensar que la remontada fuese posible. Sin embargo, el Camp Nou se vistió de gala para ver en directo una gesta histórica.
El enfrentamiento tuvo grandes dosis de épica, porque fue hubo varios partidos dentro de un mismo compromiso. En el primero, el de los primeros 45 minutos, los de casa empujaron con más intensidad que juego para meter los nervios en el cuerpo a los galos, que al descanso perdían 2-0 con una diana del insistente Luis Suárez en el primer minuto de partido y otra en propia meta de Layvin Kurzawa tras un centro envenenado de Andrés Iniesta.
En la reanudación, tras un penalti claro de Thomas Meunier a Neymar, Leo Messi dejó la gesta a un solo gol de distancia, pero un tanto de Edinson Cavani a balón parado cayó como un jarro de agua fría. Para pasar, los catalanes debían ganar por una diferencia de cinco o más, lo que significaba que en ese momento debían doblar el marcador para tener opciones. El cronómetro avanzaba, el tiempo jugaba en contra y tampoco había excesivas ocasiones claras.
Las agonizantes esperanzas del Barça resucitaron en el minuto 88, con un golazo de falta de un Neymar que se puso el traje de héroe. El brasileño era de los pocos que lo seguía intentando, y logró que en la última batalla, la del descuento, los culés salieran vencedores. Suyo fue el gol desde los once metros tras un polémico derribo de Marquinhos a Suárez, y también el último pase antes de la explosión barcelonista.
Corría el minuto 95, y en la última jugada del choque, Sergi Roberto se lanzó con todo a rematar su envío, confirmando la goleada, la remontada y el éxtasis en el Camp Nou. Esta vez, el coliseo azulgrana recibirá a los parisinos en la ida y sin público en las gradas como consecuencia del coronavirus además de ver como Neymar, el gran héroe de esa noche culé, regresará como rival si se acaba recuperando de su lesión.