¿Cómo afecta el límite salarial del Barça en el mercado de fichajes?

"Límite salarial" o "Fair Play Financiero" han sido de los términos más escuchados cuando en el FC Barcelona se plantean un fichaje, sea en enero o julio. Es, de forma sencilla, el importe máximo que cada club puede 'gastar' en una temporada con respecto al coste de la plantilla deportiva, algo que va mucho más allá del salario de los jugadores del Barça o cualquier equipo español y en el que influyen muchos factores para determinar su valor. 

Seguramente, todos recordamos cuando, al momento de anunciar la salida de Leo Messi el pasado verano, el Barça anunciaba en su comunicado oficial que, a pesar de haber llegado a un acuerdo con el jugador, "no se podrá formalizar debido a obstáculos económicos y estructurales (normativa de LaLiga española)". Los 'obstáculos' se resumen a que la entidad azulgrana excede el máximo de su límite salarial y que, por ende, debe emplear algunas estrategias para inscribir a sus nuevos futbolistas (como era el caso de Messi) y que, en muchos casos, son imposibles de asumir. 

Sin embargo, hay que partir del principio que tiene el límite salarial de LaLiga. En la web de la patronal lo definen como "el importe máximo que cada club/SAD puede consumir durante la temporada 2021/2022 tras el mercado de verano, y que incluye el gasto en jugadores, primer entrenador, segundo entrenador y preparador físico del primer equipo", añadiendo que el límite "incluye además el gasto en filiales, cantera y otras secciones (plantilla no inscribible, según se define en el Artículo 38 de las Normas de Elaboración de Presupuestos)". 

Así pues, el límite salarial se calcula con una ecuación 'sencilla' entre los ingresos previstos que tiene el equipo, deducidos sus pagos de estructura y el costo de la deuda prevista para dicha temporada. El resultado, es el 'LPCD'. Este, se actualiza después del mercado de fichajes de verano y tras las incorporaciones del mes de enero, puesto siempre hay una modificación por salidas o incorporaciones. 

En este sentido, a los ingresos por derechos por televisión, contratos de patrocinio, socios y abonados, ingresos por competiciones (Liga, Copa, Europa), ingresos de explotación, publicidad y ventas de jugadores (con plusvalías) se le restan los gastos, que son: sueldos de jugadores y entrenadores, amortizaciones de los jugadores, comisiones a representantes, primas, indemnizaciones, así como la cantera y filiales.

El punto que más resta, evidentemente, son los salarios de los jugadores. Entrando en esta temporada, el Barça destacaba que la masa salarial era de unos 470 millones de euros. Con la previsión de los ingresos, desde LaLiga 'pactaron' un límite de 97.942 millones para la temporada (se verá reducido/incrementado en febrero), es decir, el coste de la plantilla del Barça es 372.052 'kilos' mayor de lo que, en teoría, puede el club gastar en cuestión de salarios. 

Efecto directo en los planes del Barça 

El límite salarial no se queda en un 'techo' o 'tope', sino que influye en gran medida en los planes de futuro del Barça o cualquier club que exceda el monto total. El cuadro culé ya lo excedía el año pasado, pero por la pandemia no existieron consecuencias. Sin embargo, para el próximo ejercicio sí las van a haber. Y es que el monto que supera el club este año, será restado del límite del próximo curso... ¿Cómo será un 'techo' salarial al que se le van a restar 372 'kilos'? 

De allí nace la necesidad imperial de rebajar la masa salarial, para que no sea tan traumático, pero las consecuencias no solo van a largo plazo, sino que afectan el futuro inmediato del club culé con los fichajes. Esta situación responde, fácilmente, el interrogante de ¿por qué, si el Barça ya fichó a Ferran Torres, no puede ser inscrito en LaLiga? La razón es muy sencilla: como se excede el límite, el club no tiene 'fair play' y, si no tiene, debe aferrarse a dos reglas que son un quebradero de cabeza. 

Producir ingresos para inscribir 

 “Hay muchos deberes, pero inmediatamente hacer ‘fair play’, hay que hacer salidas antes de que entren. Tenemos muy claro los jugadores que queremos, pero antes tenemos que cumplir con el ‘fair-play’ financiero”, comentaba Mateu Alemany tras el Sevilla-Barça. El director de fútbol de la entidad catalana se refiere al artículo número 100 que da una vía de escape a los clubes que exceden su límite salarial en una temporada. 

Y es que, aunque un club supere el monto que pacta LaLiga, puede seguir fichando. Para eso está la regla '1 a 4', la cual establece que por cada cuatro euros liberados con una venta con plusvalías o rebaja salarial, puede utilizarse uno para inscribir a un jugador. En un ejemplo sencillo, si se consigue la venta de, por ejemplo, Òscar Mingueza por 20 millones de euros, el Barça puede usar 5 'kilos' de esos para procesar una inscripción. 

Sin embargo, hay otra regla con la que es más fácil generar ingresos. Se trata de la '1 a 2', la cual se utiliza en jugadores que representan el 5% del costo total de la plantilla y permite usar la mitad de lo que se libere con su venta/rebaja salarial. Por ejemplo, si el Barça vendiese a Sergio Busquets (uno de los mejores pagados y sin amortización pendiente) en 20 millones, puede usar diez para la inscripción de un futbolista. 

¿Qué pasó con los 20M de 'fair play' que tenía el Barça del verano?

A principios del mes de octubre, el CEO del club, Ferran Reverter, anunciaba que el Barça podía salir al mercado de fichajes de enero porque había un margen de 'fair play' positivo: "Sí, se puede fichar. La última salida de un jugador importante nos genera un fair play positivo de 20 millones", refiriéndose al traspado de Antoine Griezmann al Atlético de Madrid.

Nueve días después, se anunciaba la renovación de Pedri González. El centrocampista vio mejorado su contrato, con una extensión de su estadía en el Camp Nou hasta 2026 y un salario de alrededor de tres millones de euros, según los reportes. Allí es cuando se comienza a restar. Tras eso, llegó la renovación de Ansu Fati, el 21 de octubre. El canterano firmó un contrato hasta el 2027 y verá una mejora significativa de sus ingresos anuales. Ansu podría rozar los 8 o 10 millones de euros por temporada. Una cifra muy superior a lo que cobraba hasta ahora y que, como comienza a ser efectivo desde esta temporada sigue restando a los 20 'kilos' de beneficio en el verano. 

El despido de Ronald Koeman también supone un desembolso para el Barça que se imputa para este periodo y que el club está obligado a pagar. Se habla de unos 13 millones de indemnización y, por consecuente, también restan al monto antes mencionado. A eso, hay que añadirle la contratación del nuevo entrenador y cuerpo técnico, que curiosamente ha sido lo más económico (2,5M, apróximadamente).

El 'bajón' del límite salarial, con razones

Para entender la magnitud del 'bajón' hay que recordar que el Barça declaró pérdidas de 481 millones de euros en el ejercicio 2020-2021 y que, de allí, parte todo lo relacionado al número tan bajo que aprobó LaLiga de cara a esta temporada. A pesar de las salidas de Leo Messi y Griezmann, quienes eran los dos jugadores con salarios más altos y, aunque si bajaron la masa salarial (era de unos 670 'kilos'), el impacto de las pérdidas durante el año pasado fueron 'letales' para el club azulgrana.

A eso, hay que sumarle el cierre de los estadios el año pasado y la eliminación temprana en la Champions League, pero también hay un 'detalle' que ha pasado por alto y que tuvo un gran impacto en el cálculo del límite salarial de los culés. La explicación, en concreto, del 'bajón', se deben a las pérdidas, que están planteadas (desde el club) de esta manera: 

Pérdidas totales de la 20-21: 481 millones de euros, desenglosadas en: 

1. Provisiones (por litigios): 90 millones
2. Ajuste del valor de la plantilla: 138 millones
3. Pérdidas efectivas 20-21: 253 millones

El tercer punto son las pérdidas reales del Barça en el pasado ejercicio, pero a esto la junta de Joan Laporta le ha añadido dos factores claves que aumentaron las pérdidas, con provisiones, la cantidad que, pese a ser un pasivo, se imputan como pérdidas del ejercicio actual bajo el nombre de "gastos inevitables". Asimismo, la Junta reconoce una depreciación de la plantilla en un 25% (los 138 'kilos'), un ajuste muy grande, que resume la 'caída' del valor de los jugadores. 

¿Qué pasa con estos dos puntos? Son más de 200 millones en pérdidas que se han decidido imputar en este ejercicio y que es muy negativa, pero que permitirá que en los siguientes años la situación del Barça en los próximos años (en los libros, al menos) sea mucho más favorable, pero que castigó a la entidad azulgrana en este curso porque, a mayor pérdida, menor es el límite salarial y más son las trabas para poder inscribir (y por ende, fichar) a nuevos futbolistas.