Fue un duelo más igualado de lo que indica el marcador, y aunque no haya consuelo para el Leganés, se despidió de la Copa del Rey por la puerta grande. En el Ramón Sánchez Pizjuán se confirmó el favoritismo del Sevilla en un encuentro con mucho ritmo, muchas ocasiones y una sentencia de los locales. Los 'pepineros' vendieron cara su derrota, pero Joaquín Correa y Franco Vázquez metieron a los andaluces en la final.
Había protagonizado dos grandes sorpresas en el torneo con una machada frente al Villarreal y otra frente al Real Madrid, pero no pudo con unos blanquirrojos resucitados desde la llegada de Vincenzo Montella. El conjunto de Asier Garitano se marchó del torneo con las botas puestas, volcado sobre la portería de Sergio Rico y resistiendo a la mayoría de contras hispalenses.
Las instrucciones de los visitantes eran claras, las que les han llevado al éxito durante toda la competición. Orden defensivo para contrarrestar la iniciativa de un adversario poderoso, que buscó a través del toque el área de un concentradísimo Nereo Champagne.
El primero en golpear fue de nuevo el Sevilla, que muy pronto se puso en ventaja gracias a un Luis Muriel que está vez no marcó, pero tras una gran jugada le regaló un gol a un Correa que apenas tuvo que empujarla. Respondía el bullicioso Leganés con los Gabriel Pires, Beauvue o Amrabat, pero el peligro se perdía entre su falta de puntería y la seguridad de la zaga sevillista.
El enfrentamiento no entendió de treguas ni de cansancio tras el descanso, aunque se fue partiendo con el paso de los minutos. Los madrileños presionaban cada vez con más corazón y menos cabeza, pero la sentencia no llegaba y un gol forzaba la prórroga. Quien más cerca estuvo siempre fue la escuadra andaluza, que en una de las rendijas sí consiguió rematar. Un despeje lo convirtió Sandro en asistencia para el Mudo Vázquez, que se internó en el área y enganchó un zurdazo que hizo enloquecer al Pizjuán. Quedaban algunos instantes, pero se escurrieron poco a poco mientras la grada cantaba. El Sevilla está en una nueva final.
Mestalla decide
El FC Barcelona afrontará este jueves el penúltimo envite copero con la intención de revivir la final de hace dos temporadas, en la que sólo la prórroga doblegó la resistencia del Sevilla. Para ello deberá hacer valer su renta de un gol en Mestalla, donde el Valencia le espera con ganas de romper su racha. Son cuatro finales consecutivas y tres títulos seguidos, algo que los catalanes pretenden seguir ampliando. Tocará remar.