Cuando peor le iban las cosas al FC Barcelona tras la expulsión de Javier Mascherano en la final de la Copa del Rey 2015-2016 frente al Sevilla FC, los de Luis Enrique se quedaron sin su delantero centro titular y hombre talismán en esta campaña. Luis Suárez tuvo que abandonar el terreno de juego tras una mala acción en una jugada de ataque, en el segundo tiempo del partido.
El uruguayo saltó y controló una pelota muy complicada. Sin embargo, con el esfuerzo y tras pisar sobre el terreno de juego, el de Salto se rompió muscularmente en su pierna derecha. Rápidamente lo sintió, avisó al banquillo y prefirió seguir durante unos minutos más.
Tras esto, el nueve azulgrana se tiró sobre el verde totalmente roto y sin poder caminar. Los servicios médicos tuvieron que saltar a atenderle y llevárselo, con los esfuerzos del jugador que salía cojeando. El atacante dejaba claro con sus muestras de dolor que la lesión podía ser importante.
Rafinha Alcántara fue el encargado de sustituirle sobre el terreno de juego en el minuto 52 de la segunda parte. Por su parte, Suárez rompió a llorar en el banquillo azulgrana ante la impotencia de no poder ayudar a su equipo en el momento que más le hacía falta. Ivan Rakitic le abrazó e intentó animarlo pero el jugador estaba totalmente destrozado.