Si hay algo que caracterizó a Inglaterra durante la fase de grupos de la Eurocopa, es que fue un equipo, aunque plagado de estrellas, sin 'alma'. e Es imposible negar que Gareth Southgate sigue sin dar con la tecla para juntar todas las piezas del rompecabezas y cada partido es una 'copia' idéntica del anterior. Ante Eslovaquia, un equipo claramente inferior por nombres, han sufrido (como siempre)... pero apareció un Jude Bellingham para devolver la esperanza. En el último minuto, como un auténtico héroe, para forzar la prórroga en el último instante. El resto es historia.
Y es que Inglaterra ha sabido resurgir de sus cenizas cuando menos parecía probable. No es poca cosa, porque una acrobacia mágica de Jude Bellingham cuando el marcador estaba 0-1, a falta de menos de 120 segundos para el final, dio una esperanza que Kane aprovehó en el comienzo del tiempo extra. Los ingleses se meten en cuartos de final para enfrentar a Suiza, la 'sorpresa' de la Eurocopa, con la necesidad imperial de mejorar su juego y ofrecer la solvencia que, hasta ahora, no se había reflejado en el campo.
Sufrimiento absoluto en Gelsenkirchen
El partido se entiende por partes.... O como uno desde el minuto uno hasta el 90+4 y otro desde el gol de Bellingham. En el comienzo, los 'three lions' habían ofrecido más que en partidos anteriores, pero sin claridad en la zona de creación y les terminó costando muy caro. Los eslovacos estuvieron atentos para aprovechar sus transiciones rápidas y deshacer la defensa de los ingleses. En el ecuador de la primera mitad, movieron el balón de lado a lado. Kucka mandó un pase largo para que Strelec filtrara el esférico en el área que aprovechó Schranz para batir, sin contemplación, a Pickford en el uno contra uno.
Fue un jarro de agua fría para una Inglaterra que no encontraba la forma de generar superioridades para plantarse en área rival y solo encontró 'soluciones' con internadas de Jude Bellingham en el área o intervenciones veloces e imprecisas de Phil Foden. Terminaron la primera parte con asedio total en el área, pero sin un remate a portería y con sensaciones encontradas. El drama de cada partido, pero ante un rival distinto.
El laberinto de Inglaterra
En la reanudación parecía que despertaba una Inglaterra que anotó el empate, en el 49', mediante un disparo de Foden, pero partía inexplicablemente adelantado al momento de su remate. El VAR anuló su gol y Eslovaquia reaccionó con un remate de Strelec, aprovechando un error tremendo de los ingleses, desde el centro del campo. Pickford no alcanzaba a llegar y estuvo muy cerca de entrar a la portería, pero se marchó cerca del palo.
Por sensaciones, Inglaterra mereció más, pero no se encontraba en el césped. Harry Kane parecía completamente desconectado y muy lejos del área y desde el centro del campo no propiciaron soluciones. Tenían la 'fortuna' de que su rival estaba cada vez más hundido y defendía muy cerca de Dubravka. La más clara la tuvo Declan Rice con un disparo desde la frontal que se estrelló en la madera y, en el rechace, no pudo rematar Kane con dirección a portería. Se quedaban sin tiempo... Hasta la aparición de Bellingham.
Bellingham, héroe de Inglaterra
El jugador del Real Madrid demostró, en Gelsenkirchen, que ya sabe muy bien lo que es pelear hasta el final y creer hasta el pitazo final. Lo entendió muy bien en su primera temporada en la Casa Blanca y lo transmitió a su selección cuando parecía que ya iban a regresar a casa. El árbitro añadió seis minutos y, el 90+5', mandó el balón a guardar con una chilena inesperada que forzó la prórroga y propició que, desde las gradas, entonaran el "Hey, Jude!" de siempre.
Para los ingleses era el momento. Era aprovechar el momento y el 'subidón' anímico que suponía el gol de Bellingham. Y Kane fue quien mejor lo entendió. En el primer minuto de la prórroga, remató en el área para poner la ventaja para los suyos después de una jugada que tuvo de todo: Palmer mandó un centro que despejó Dubravka, remató Eze como pudo para que Toney peinara el esférico y apareciera el '9'.