Hace apenas horas todo era alegría en el entorno de Joan Laporta y su equipo de trabajo, gracias a que a pesar de la renuncia de último momento del vicepresidente económico Giró, se consiguió suplirlo con Eduard Romeu y además firmar el acuerdo para el aval económico con Banc de Sabadell y JB Capital Markets. O eso se pensaba.
Pero este martes comenzó con una información publicada por el diario catalán ARA, señalando que la estructura de naipes puede derrumbarse carta por carta hasta no quedar nada y que a tan solo un día del límite para presentarse como presidente del club, Laporta no tendría el dinero necesario y tampoco un equipo completo.
Más de 120 millones de euros para cubrir el 15% del presupuesto aprobado por el club esta temporada están en el aire tras la negativa de Banc de Sabadell para aportar 70, rechazando el contraaval en el que se ofrecían acciones, restando más de la mitad del total necesario y complicando mucho el camino para Laporta.
Audax Renovables, empresa en la que Eduard Romeu es vicepresidente, sería la encargada de financiar el dinero que ahora parece no gustar del todo a Laporta, ya que dar entrada a su equipo con ese monto podría generar dos escenarios que no están planteados: que la Junta termine hipotecada de manera grave y que Romeu obtenga un poder mayor al que se espera en principio.
Ante esta situación, Laporta tendría dos posibles soluciones fabricadas. La primera pasa por dar entrada a HPS Partners en la ecuación, siendo este fondo de inversión de origen norteamericano el encargado de brindar el dinero que necesitan a cambio de un acuerdo que puede traducirse en seis millones de euros anuales. La segunda, incorporar cinco miembros nuevos al equipo, ampliándolo mucho más y con el nombre de Joan Soler, que ya estaba en los planes, como uno de los agregados.
Corre el tiempo, riesgo mayúsculo
En caso de que el aval no logre presentarse a tiempo y que Laporta no consiga firmar un acuerdo que apruebe Tebas como presidente de LaLiga, el escenario sería caótico para el Barcelona y para el propio abogado, ya que se iría al traste todo lo que consiguió en un momento cumbre del club y al mismo tiempo, se deben realizar nuevas elecciones presidenciales.
El segundo escenario sería un verdadero terremoto en Catalunya ya que en primer lugar, está pendiente la supuesta ayuda legal que brindarán a los socios multados por ir a votar el pasado siete de marzo; en segundo lugar un nuevo proceso al que se exponen a una nueva multa (seguramente votarían por correo) y la más importante, la credibilidad deportiva con la que contaría ese nuevo proyecto, que ante lo visto, las opciones no tienen ninguna posibilidad de opositar a un Laporta que batió récord de votantes.