El FC Barcelona anunció este viernes, de forma inesperada -por el parón por selecciones-, la renovación de Andrés Iniesta. Su nuevo contrato viene a ser algo así como vitalicio. Es decir, el manchego decidirá cuándo pone el punto y final a su trayectoria como jugador profesional. Algo merecido por su carrera... pero también delicado para el club azulgrana.
Pocos jugadores merecen más que Iniesta una renovación así. El '8' del Barcelona lleva toda una vida en el club catalán. Desde que llegara a La Masía cuando apenas era un niño -pasándolo mal sin su familia- hasta ahora ha levantado 30 títulos y ha representado al Barça mejor que nadie. Su fútbol, unido al temple de Xavi, ha encandilado al mundo.
Desequilibrio, verticalidad y goles importantes -como el de aquella semifinal ante el Chelsea en 2009-. Un jugador único y diferente. Seguramente nadie podrá relevarle como tal en su máximo esplendor. Pero esta renovación puede condicionar la planificación de la plantilla azulgrana en un futuro.
Iniesta ya ha asegurado que "cuando no me sienta bien lo diré y cambiará absolutamente todo", pero la realidad es que siempre cuesta dar un paso atrás cuando el rendimiento no es siempre el mejor. Aunque su inicio de curso es notable, Iniesta ha sufrido lesiones en los últimos años y llega al final de temporada cansado. Hacerle descansar es clave.
Puyol y Xavi supieron dejarlo a tiempo -el de Terrassa cambió su rol en el equipo-. Iniesta todavía es importantísimo en el equipo de Valverde, pero parece claro que le quedan pocos años de fútbol al máximo nivel -siempre mirando lo que ha sido capaz de ofrecer últimamente-.
El salario, importante
Desconocemos si el salario de Andrés irá bajando a medida que pasen los años, pero la posición que ocupa actualmente en la escala salarial es importante -totalmente merecida-, puesto que algunos fichajes podrían frustrarse por falta de margen en ese sentido. Celebramos la renovación del '8' pero tememos que pueda suponer dificultades para planificar el futuro.