El FC Barcelona comunicó este miércoles que Ansu Fati ha sufrido una lesión en la planta del pie derecho y se someterá a un tratamiento conservador, por lo que no tiene tiempo de recuperación estimado y además no podrá viajar a Estados Unidos para jugar los tres amistosos de la gira de pretemporada del equipo azulgrana. Así, el atacante culé suma una nueva lesión en su corta carrera, una que claramente ha quedado marcada por su mala suerte, o predisposición, con los problemas físicos.
Y es que desde que el 7 de noviembre de 2020, cuando sufrió la rotura del menisco interno de la rodilla izquierda en un partido contra el Real Betis, Ansu Fati no ha podido ser el mismo. El delantero del Barça ha encadenado desde entonces varias lesiones que le han impedido poder confirmar todo el potencial que mostró cuando irrumpió en el primer equipo catalán con solo 17 años.
Una historia que comenzó hace mucho tiempo y continúa extendiéndose
El calvario de Ansu Fati sigue extendiéndose después de haber estado 305 días de baja por la lesión meniscal de 2020, pasando posteriormente por aquel recordado momento en noviembre de 2021 con la rotura del bíceps femoral de la pierna izquierda sufrida en Balaídos. Ausente dos meses más de los terrenos de juego, el atacante descartó pasar por el quirófano, como le recomendaban los servicios médicos del club, y optó por un tratamiento conservador que tampoco dio resultado porque volvió a caer en enero de 2022 en San Mamés y tardó tres meses en volver a estar a disposición del Barça.
Ya el curso anterior, en el cual optó por ser cedido a Brighton. una lesión en el gemelo le apartó entonces durante tres meses de los terrenos de juego y ya no recupero los galones que tenía cuando se anunció su llegada a la Premier. Así, el club azulgrana, el barcelonismo e incluso el mismo jugador, parecen entender que las lesiones no permiten que pueda cumplir las expectativas que creó a partir de 2019, cuando llegó a Primera División e implantó varios récords precocidad con el Barça, y también con España.
Ansu no ha podido recuperar esas sensaciones de su inicio con el Barça
En su primera temporada acabó marcando 8 goles en 33 partidos, creando una ilusión absoluta dentro de la afición culé, y haciéndole merecedor incluso de heredar el dorsal 10 de Leo Messi, cuando el argentino se marchó en 2021. Pero desde entonces, las lesiones simplemente no le han permitido tener regularidad, dejándolo incluso sin poder alcanzar aún, por ejemplo, los 30 goles con el primer equipo, después de marcar 8 en poco más de media temporada, si tenemos en cuenta sus duelos disputados.
Ahora, su futuro dentro de la élite parece complicarse aún más, sobre todo porque se encontraba intentando convencer al entrenador Hansi Flick de que merecía recuperar una plaza en la plantilla en lugar de salir cedido una vez más. Aunque está claro que aún es temprano en el curso, que no haya un camino claro para su regreso al campo ya crea un ambiente de déjà vu respecto a las otras lesiones del jugador.