EL TXINGURRI NO DA CON LA TECLA
Así ha perdido el Barça su sello de identidad con Valverde
Publicación:6/11/2019 - 12:05h
Actualización:6/11/2019 - 16:59h
Esta es la tercera temporada de Ernesto Valverde al frente del Barça y lo cierto es que, por más fichajes que llegan, el equipo sigue perdiendo su identidad
El FC Barcelona es líder en LaLiga Santander y en la fase de grupos de la Champions League, pero el resultadismo no ayudará a resolver un grave problema de fondo que, si no se soluciona, acabará con toda esperanza de éxito. Ernesto Valverde lleva más de dos campañas al frente del equipo y lo cierto es que cada vez se pierden más los rasgos de ese Barça brillante.
De la mano de Pep Guardiola y con leyendas como Messi, Xavi o Iniesta en la plantilla, que estaban en el mejor momento de sus carreras, el Barça se convirtió en el equipo más brillante de la historia: campeón indiscutible de LaLiga, ganador de dos Champions League y propietario de una filosofía de juego que enamoró el planeta entero.
Tras una etapa de transición marcada por la marcha de Guardiola, la consternación a raíz de la enfermedad de Tito Vilanova y el gris paso del Tata Martino, llegó Luis Enrique. Con el asturiano, el Barça se convirtió en un equipo mucho más vertical, de menos posesión pero de mucha pegada y que todavía conservaba la esencia azulgrana. Y se ganó otro triplete.
Y entonces, llegó Valverde. El técnico extremeño tuvo un comienzo accidentado por la marcha de Neymar, pero inicialmente supo aportar sus ideas al Barça y convertirlo en un equipo menos dinámico en ataque pero mucho más consistente en defensa, con la implantación de un 4-4-2 que funcionó toda la temporada (se ganaron Liga y Copa) pero que se vio desmoronado por el desastre europeo de Roma.
Desde esa noche fatídica, todo ha ido a peor. El Txingurri volvió al 4-3-3 para intentar recuperar la alegría pero, además de no conseguirlo, el equipo perdió la solidez. Los azulgranas fracasaron con otra noche negra de Champions contra el Liverpool, en la final de Copa del Rey contra el Valencia y la temporada fue medio salvada por una Liga que se ganó debido a la inoperancia de Real Madrid y Atlético.
Adiós a la identidad del Barça
En verano llegaron jugadores como Frenkie de Jong o Antoine Griezmann (por el que Valverde suspiraba desde hacía dos años), ideales para el 'estilo Barça' sobre el papel, pero el equipo sigue perdiendo su identidad. Con el técnico extremeño, el equipo no sabe a qué juega, y lo peor es que el Txingurri ni da con la solución ni parece saber cómo encontrarla.
Ahora, el barcelonismo contempla partido tras partido a un Barça aburrido, lento en la circulación del balón, que hace aguas en defensa y que no tiene ideas en ataque. Un equipo que ejerce una presión totalmente estéril y descordinada para recuperar el balón, con unas líneas separadas que dejan vendida a la zaga en los contragolpes.
Y cómo no, siempre toca recurrir a Leo Messi para salvar los muebles. No obstante, la situación es tan grave que ni siquiera con el astro argentino en un buen estado de forma se puede sacar adelante el único factor de autoridad que tenía el equipo esta temporada: su supremacía en el Camp Nou. Ahí está el partido frente al Slavia.
Los zarpazos de Luis Suárez, el desparpajo de Ansu Fati y las paradas de Ter Stegen parecen ser la única mano amiga para el argentino. Todo factores aislados de un fútbol colectivo que Ernesto Valverde no ha conseguido encajar y que está acabando con la fe y la paciencia del barcelonismo, aunque Piqué pida que no se pierda.
Naturalmente, el técnico extremeño no es el responsable al cien por cien de esta situación. Los que llevaban la voz cantante hace una década han envejecido y otros ya no están, pero las cosas no están funcionando y desde arriba no se puede mirar hacia otro lado. Valverde no ha dado con la tecla y toca hacer una reflexión para plantearse si, pese a ser un hombre de club y posiblemente una persona entrañable, es el inquilino adecuado en el banquillo del Camp Nou para sacar esto adelante.