El FC Barcelona se estrenó en la Champions League de la presente temporada con lo que ya se consideraba una prueba de fuego. Y lo fue. El Borussia Dortmund salió a ganar y lo mereció en un Signal Iduna Park que empequeñeció por completo al equipo azulgrana en el segundo tiempo, en el que los de Ernesto Valverde pudieron encajar más de un gol
Y es que el FC Barcelona sigue sin carburar fuera de casa, algo que comienza a ser preocupante y desde hace varias temporadas, especialmente en los partidos de Champions League. Y lo peor de todo es que lo que sucede parece escapar de toda lógica, pues los mismos futbolistas que el pasado sábado dieron un recital ante el Valencia en casa, este martes fueron atropellados en Alemania.
Los jugadores y la apuesta de juego fueron lo mismo: un equipo para tener el balón con los 'peloteros' en el once titular. Arthur, Sergio Busquets y Frenkie de Jong fueron de la partida, y arriba entró Luis Suárez para añadir gol (marcó dos ante el Valencia), sustituyendo a Carles Pérez, que se quedó fuera. Este último fue el único retoque en el once, pero el equipo pareció otro.
En el primer tiempo, los azulgranas mantuvieron el tipo, controlando relativamente el juego, aunque sin generar ocasiones demasiado claras. Pero fue en el segundo cuando el equipo cayó por completo y se salvó por los palos y por el paradón de Ter Stegen en el penalti. Nuevamente, el equipo fue vulnerable sin su público, sin su césped, fuera de lo conocido.
Esta temporada, el mismo guión
En la presente campaña, en los cinco partidos disputados, los culés han sacado resultados magníficos en el Camp Nou, goleando al Real Betis y al Valencia. El problema ha llegado en los encuentros en los que han tenido que batirse fuera de casa; partidos en los que los resultados no han sido tan buenos cosechando una derrota en San Mamés frente al Athletic Club y un empate en el Sadar frente a Osasuna.
La desastrosa segunda parte de Dortmund no hace más que corroborar que el Barça no solamente no es capaz de sacar resultados positivos, sino que ni siquiera consigue jugar de forma parecida a la que ofrece su versión en el Camp Nou. Se echa de menos ese Barça de hace algunas temporadas, que se paseaba por Europa dando recital tras recital en cada estadio, sin importar el rival.