Para sorpresa de muchos, el FC Barcelona dejó escapar su título 14 de la Supercopa de España este domingo ante el Athletic de Bilbao (2-3). Ya lo tenía entre sus manos, con doblete de Antoine Griezmann los de Ronald Koeman dominaban en el marcador hasta el minuto 90, cuando Villalibre apareció y marcó el tanto del empate para mandar el duelo a la prórroga. Iñaki Williams fue el encargado de sentenciar el triunfo de los leones al 93’ con un riflazo que encajó en la escuadra del segundo palo defendido por Marc-André ter Stegen.
La falta de contundencia, el desorden defensivo en las faltas laterales, los emparejamientos erróneos fueron los elementos que el Athletic aprovechó para poder hacerse con su tercera Supercopa, y lo que frenó la consecución del primer título en la era de Koeman y el primero de 2021.
Era menester que el conjunto culé conquistara el triunfo, pues suma más de año y medio de sequía. Pero la carga del compromiso, la ansiedad, la inexperiencia de este joven grupo, le pasaron factura debido a que son un equipo en formación. Llevaban una racha positiva que lo perfilaban como el favorito de la contienda, pero no es un conjunto lo suficiente maduro como para no cometer errores que podría costear la consecución del triunfo. Se adelantó en el marcador en un par de ocasiones, pero fue incapaz de aguantar el resultado a favor.
La derrota forma parte del juego, pero la manera en conseguirla es el aspecto que se debe considerar. El desarrollo del partido mostró las carencias del grupo, tuvo el título entre sus manos pero nunca se sintió campeón. Se lo arrebataron de las manos, la intensidad de los vascos puso contra las cuerdas al Barça en varios compases del partido, lo que le bastó para neutralizar al conjunto azulgrana y conseguir el triunfo.
¿Será el fin de la escalada del Barça?
Este resultado podría significar un bache en la escalada progresiva que presentaba el conjunto azulgrana en LaLiga tras surgir después de un difícil arranque de campaña. Cumplir con el objetivo de alzarse con el título en la Supercopa trascendía a la significación simbólica, pues el envión anímico del triunfo era necesario para mantener en primera fila de batalla al Barcelona que deberá enfrentar importantes retos, no solo el equipo, sino como institución.