La activación de las 'palancas' financieras permitió a la directiva del FC Barcelona resolver los problemas del club con respecto a su masa salarial y gestionar la llegada de hasta siete fichajes, algo impensado hace un año. Sin embargo, quedaron operaciones por concretar, principalmente, con el tema de las salidas y rebajas salariales, un auténtico dolor de cabeza para el club en las últimas temporadas.
Si bien el Barça ha logrado llevar a números positivos su límite salarial (656 millones de euros), la intención de la directiva es salir de los 'peces gordos' para no tener más problemas con el 'fair play' financiero en 2023. Es así como Laporta y Mateu Alemany intentarán gestionar en enero la salida de jugadores como Memphis Depay y Jordi Alba, quienes claramente cuentan con un rol residual para Xavi Hernández esta temporada.
Caso similar ocurre con Gerard Piqué, mientras que con Frenkie de Jong la situación es mucho más compleja debido a su coste y la negativa del neerlandés a escuchar ofertas. Todos estos jugadores representan salarios muy elevados y, ante la normativa de LaLiga, nuevas rebajas (diferimientos) ya no son una opción viable. A su vez, si se concretan varias de las ventas que la directiva espera no se descarta algún otro fichaje en inverno, aunque de momento esto no es prioridad.
Para Xavi, el mercado trajo consigo refuerzos en todas las líneas y la mayoría de jugadores que pidió en primavera. Con excepción del lateral derecho (César Azpilicueta era la primera opción), al técnico egarense le complacieron prácticamente en todo (Bernardo Silva, otro objetivo descartado por cuestiones presupuestarias), por lo cual la exigencia es máxima para la 2022-23, al igual que la urgencia de ganar títulos para justificar el enorme esfuerzo realizado.
El próximo mercado invernal será muy diferente al anterior
Joan Laporta comenzó a reforzar la plantilla en invierno de 2022 con las llegadas de Dani Alves, Ferran Torres, Adama Traoré y Pierre-Emerick Aubameyang. Solo Ferran continúa en el equipo y, para 2023, se prevé un mercado mucho más cauto, al menos, en cuanto a compras. Del mismo modo, la 'operación salida' seguirá siendo compleja, debido a la insistencia de los jugadores en quedarse para cumplir sus contratos.
Esta postura tranca el juego para Laporta y hace que la preocupación siga en el aire de cara a la próxima temporada. Si el Barça no termina de sanear sus cuentas en cuanto a plantilla se refiere, será muy complicado ver los dividendos reales de la activación de las 'palancas', una estrategia que algunos consideran obligará a hipotecar el club o convertirle en una sociedad anónima. Mientras tanto, la directiva sigue en lo suyo, gestionando operaciones.