El Barcelona resuelve un problema en una de las pocas noticias positivas del año

El Barcelona y sus montañas rusas. Puede ser el título de cualquier crónica que resuma lo que sucede en una temporada entera del club en los últimos años, con burofax, despedida, cambio de técnico y moción de censura en distintos veranos e inviernos, cada uno de estos episodios, dejando de lado lo futbolístico.

Es cierto que con la llegada de Koeman hay algo que ilusiona: los jóvenes. Jugadores como Balde, Ansu Fati, Gavi, Nico y los ya habituales Araújo, Mingueza y Pedri, van dando forma a la base del club pero, sin ningún tipo de identidad, con destellos individuales según los partidos permiten hacerlo.

Precisamente Gavi, uno de los que más promete, fue de lo mejor que tuvo el club ante el Cádiz y esto debería ser celebrado, aunque también lamentable. En el equipo existe una línea de élite o top que permite buscar líderes para lanzar al equipo, no un chico que ni siquiera tiene la mayoría de edad cumplida.

Frenkie De Jong es uno, que además salió expulsado en ese partido aunque con algo de polémica cabe recordar. El holandés se diluye tal como lo hace el equipo, su sistema de juego y la creatividad del entrenador, que ya no encuentra manera de levantar a su plantilla pese a las variantes que ha presentado.

Positivo para el Barcelona el paso adelante que dan jugadores como Gavi, además de necesario en lo que se vive actualmente en el seno del club, pero la verdad es que hace falta un poco de actitud y carácter por parte de muchos en el equipo que sí, dan la cara, pero no, no brindan fútbol, que al final es lo que se necesita.

Capitanes primero

Piqué y Sergi Roberto son los que salieron al paso de las palabras de Koeman sobre milagros y éxitos pobres, asegurando que el Barcelona está por encima de muchas cosas y crisis, por lo que luchar por la cima en todo es el primer objetivo, el que todos van a perseguir a pesar de lo que se pueda decir en el entorno.