Sigue la polémica del Barçagate, un asunto que parece tan extenso como la deuda que el FC Barcelona contrajo por la mala gestión de Bartomeu, protagonista también en el caso citado al comienzo. El calendario marcaba el 30 de agosto como fecha para su comparecencia ante los tribunales para declarar sobre lo sucedido.
Esta cita se tuvo que ver removida del calendario luego de que sus abogados presentaran una medida de aplazamiento, ya que para esa misma fecha coincidía otra presentación de Bartomeu, que no podrá defenderse de las acusaciones de injurias presentada por Jaume Roures, demandante.
Las auditorías, allanamientos y requisas en las casas de los distintos protagonistas de negocios en el Barcelona durante la gestión de Bartomeu, siguen presentando información que un día contradice a la firma auditora, otro al club y así va, generando una bola de nieve inmensa que parece acumularse sobre la espalda del ex presidente del club.
Bartomeu está entre la espada y la pared con el único salvavidas que le quedaba, totalmente roto, el de Laporta, que desde el comienzo aseguró que no habría cacería de brujas en el club por el pasado, simplemente un llamado a asumir responsabilidades, un discurso en tono conciliador que alivió las cosas.
Pero en la previa a la Junta de Socios hecha hace pocos días el propio mandatario del club llamó a Bartomeu a explicar la situación económica del club, avivando la llama luego de la famosa frase de “el club está peor de lo que pensaba” que soltó Laporta, señalando de forma clara al ex presidente.
Ya conoce la cárcel
Bartomeu estuvo detenido en medio de una investigación y tras no encontrar nada del todo pesado en su contra, se le dio la libertad pero bajo la lupa de forma constante, por lo que de seguir los pasos de Sandro Rossell, ya tendría una breve experiencia que le daría una idea de cómo sería estar un tiempo en esas condiciones.