El ambiente en el FC Barcelona respecto al futuro de Ousmane Dembélé está cambiando considerando el de semanas atrás. Si después de finalizar la temporada se veía al francés y a sus representantes dando largas sobre su renovación, las últimas conversaciones previas a su lesión, están cambiando el escenario.
Según han admitido fuentes del club azulgrana a Mundo Deportivo, el extremo de 24 años, está ahora dispuesto a ampliar el contrato que vence el 30 de junio de 2022, con el que se extendería su vínculo con el club azulgrana, donde llegó en agosto de 2017 procedente del Borussia Dortmund por 105 millones más 40 variables, de los cuales ya se han pagado 30 hasta la fecha.
Por tanto, en el Camp Nou quedan, por tanto, unos 30 ‘kilos’ por amortizar. Tras haberse mostrado un poco esquivo sobre su futuro sin querer dar una respuesta inmediata para que el club catalán pueda planificar sus movimientos de mercado, Dembélé hizo saber previo a lesionarse el sábado que le gustaría seguir defendiendo la camiseta azulgrana.
Renovarle siempre fue la intención del club catalán. Es importante recordar que Joan Laporta fue muy claro al referirse a Ousmane Dembélé durante la campaña electoral: “Soy fan de Dembélé. Fue el único jugador que ganó partidos importantes para el Barça aparte de Messi. Si el club lo maneja, Dembélé puede convertirse en algo realmente especial”.
Mercado
Dembélé recibió un contundente mensaje por parte de la cúpula barcelonista. En caso de que decidiera no renovar y tampoco aceptara entrar en la ‘operación salida’, le esperaba una próxima campaña relegado en la grada, sin disputar ningún compromiso. Koeman secunda esta postura. Ousmane no está dispuesto a ello, por tanto, está inclinado a aceptar la oferta de renovación.
El Barça teme que el francés no renovara su contrato y tuviera una previsión de un preacuerdo para salir gratis en 2022 y cobrar prima de fichaje. La Juventus había inscrito su candidatura con fuerza en pleno confinamiento, pidiendo su cesión. También lo hizo el Manchester United, con quien estaba todo acordado entre clubes, pero el jugador no aceptó pese a saber que no estaba entre las prioridades de Koeman.