Si bien la afición culé continúa hablando de la sufrida pero satisfactoria victoria obtenida en la Copa ante el Granada, en el vestuario reina el silencio y la calma. La plantilla ya ha pasado la página y es consciente de los próximos objetivos en los tres torneos, especialmente de cara a la eliminatoria europea frente al PSG.
Según reseña Sport, el regreso al vestuario de Los Cármenes dejó escuchar gritos de felicidad y felicitaciones entre los jugadores después de una batalla ante un duro rival que no se rindió hasta el final del partido. Sin embargo, los jugadores pusieron nuevamente los pies sobre la tierra sabiendo que aún quedan encuentros muy importantes en el calendario y los cuartos de Copa solo suponen un paso más.
Lionel Messi, en su rol de capitán, ordenó a los suyos mantener la calma tras el 2-2 que enviaba la eliminatoria al alargue. Después del fracaso en la Supercopa de España, el Barça intenta concentrarse en seguir con la misma intensidad hasta que el colegiado indique la finalización del compromiso.
De hecho, no cargar encima con ese enorme peso que supone la condición de favorito, ha jugado en favor de un Barcelona. El equipo azulgrana se ha limitado a ser regular para continuar en la lucha por un título que en la pasada temporada se hizo esquivo, incluso el de Liga, que parecía el más asequible al término del parón.
El Barça busca combinar efectivamente la juventud y la experiencia
Mientras los jugadores jóvenes se muestran impetuosos y con sed de gloria, los más experimentados en el club son conscientes de la dificultad que implica ganar un torneo o de lo dolorosa que puede ser una eliminación de Champions como las que han ocurrido en los últimos años. Por ello, se han dado a la tarea de infundir prudencia en la generación de relevo, que ya ha captado el mensaje.
El próximo gran reto es la llave de octavos de final ante el PSG. Los campeones franceses parten como favoritos y el vestuario prefiere que sea de ese modo para jugar sin presión. Restan pocos días para el duelo y aún quedan muchos ajustes por hacer para llegar a tope frente al conjunto parisino.