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¿FUE UN ESPEJISMO LO DE VILLARREAL?

Una de cal y otra de arena: En el derbi volvió el Barça ramplón de casi siempre

Publicación:9/07/2020 - 00:41h

Actualización:9/07/2020 - 00:41h

A pesar del triunfo, el Barça completó uno de sus peores partidos después del parón contra el Espanyol. Los culés apenas tuvieron ocasiones y concedieron varias peligrosas atrás. Después del partidazo en Villarreal, este es un nuevo paso atrás

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Quique Setién sacó pecho antes del derbi en rueda de prensa después del partidazo del FC Barcelona en Villarreal. En el Estadio de la Cerámica los culés completaron un encuentro perfecto, el mejor de la era Setién, y el cántabro quiso destacar a los suyos por ese choque e incluso por los que pincharon ante Celta de Vigo o Sevilla. Pero después de ver el partido contra el RCD Espanyol, al entrenador barcelonista debería quedarle claro que antes de volver a sacar pecho debería mirar partidos como este.

Contra los pericos eso no sucedió de milagro, ya que durante un par de minutos LaLiga corrió serio peligro después de la expulsión por roja directa de Ansu Fati. El canterano, que salió en el descanso para revolucionar un derbi que incluso se estaba mereciendo ganar el Espanyol, se autoexpulsó a los cinco minutos tras un entradón sobre Calero. El choque se le ponía muy cuesta arriba al Barça, pero los blaugrana tuvieron la suerte que en otras ocasiones no han tenido cuando Pol Lozano también se fue a la calle un par de minutos después del hispano-guineano.

El Barça se aprovechó de ese momento de confusión espanyolista y gracias a una acción individual genial de Antoine Griezmann se adelantó en el marcador. El francés le tiró un taconazo perfecto a Leo Messi, que tiró para que su rebote tocara en un defensa y fuera a parar a los pies de un Luis Suárez que no falló. Esa fue la segunda oportunidad clara de los culés en el encuentro, la segunda del uruguayo, además, y con esa acción fue suficiente para que superaran a un Espanyol que lo intentó, pero que terminó cayendo y descendiendo en el estadio de su eterno rival.

Pero más allá de los tres puntos, el Barça no puede ni debe sentirse orgulloso de nada más del derbi. Los barcelonistas volvieron a sobar la pelota como han hecho muchas noches y no pudieron encontrar grietas en la poblada defensa de los pericos. Los de Rufete esperaron atrás en todo el primer tiempo y los culés apenas hilaron jugadas peligrosas. Se vio a un equipo ramplón y sin ideas que volvió a depender de los fogonazos de calidad de Messi y de un Griezmann que en el 4-3-1-2 se confirmó como uno de los mejores de los suyos.

Paso atrás del Barça tras salirse en Villarreal

Pasar de la exhibición de Villarreal a esto es un bajón importante y un paso atrás que vuelve a dejar claro que este Barcelona todavía tiene mucho trabajo por delante. Setién, que sigue admitiendo que hay cosas que mejorar, también continúa mostrando poca autocrítica para lo que suele verse en el terreno de juego. Lo de este derbi pudo rozar la tragedia si Pol Lozano no llega a plantar sus tacos en la pierna de Piqué, o si Embarba o Dídac llegan a acertar en las claras oportunidades que dispusieron.

El Barça dio la sensación desde el primer minuto de creer que antes o después el gol iba a llegar, pero eso es siempre peligroso y contra los espanyolistas pudo salir caro. Los jugadores estuvieron poco acertados en ataque y en defensa volvieron a mostrarse superados con espacios. El Espanyol se plantó en tres ocasiones con superioridad numérica ante Ter Stegen y la cosa pudo acabar muy mal. Al final, los culés salvaron la papeleta gracias a su pegada y continúan en la pelea por LaLiga, pero en Champions League hará falta mucho más que lo visto este miércoles por la noche en el Camp Nou...