A estas alturas, que el Barcelona mantenga la política de los últimos 5-10 años respecto a la posición de segundo portero parece rayar en lo absurdo. No obstante, es importante que se debe tener una exigencia respecto al nivel del primer y el segundo guardameta porque nunca se sabe cuándo el suplente tendrá que hacerse cargo de la portería azulgrana, razón por la que debe ser capaz de poder hacer el trabajo tan bien como el titular.
Sin embargo, entre mantener un estándar de calidad a gastar una millonada para fichar a un portero suplente, tal y como ha venido ocurriendo los últimos tiempos, y no dar ninguna oportunidad u opción a los guardametas que se han formado en La Masia es un salto abismal.
Y es por esta la razón que, con la llegada de Joan Laporta a la presidencia y de un nuevo organigrama ejecutivo y deportivo, es uno de los temas que debe tratarse con celeridad. La situación actual parece sugerir que, para dicha posición, Laporta y el resto de la directiva tendrán que apostar de una vez por todas por algunos de los porteros blaugranas de la filial (Iñaki Peña o Arnau Tenas).
En las últimas campañas, Iñaki Peña ha alternado esa figura de tercer arquero del primer equipo con la de primero del Barça B, pero su incidencia en el primer equipo no ha sido mucha, ya que cuando Ter Stegen no podía jugar (ya sea por lesión o por descanso, en Copa generalmente) era Neto (Jasper Cillessen antes que él) el que se encargaba de la posición.
Esta política podría finalizar a partir de este mismo verano. La salida de Neto Murara del Barcelona en busca de más minutos en el césped se ve cada vez más inminente, algo que ya hizo Jasper, y veremos qué decisión tomarán la secretaría técnica y el entrenador sobre dicho puesto. Pero sería absurdo gastar dinero para fichar a un guardameta conociendo la delicada situación económica del Barcelona y sabiendo que se dispone de una buena generación de porteros que vienen formándose en el propio Barcelona.
La deuda del Barcelona
Lo cierto, es que la crisis económica del Barcelona es fuerte. A finales del mes de enero se llegó a saber que la escuadra catalana tenía una deuda total de 1.173 millones de euros y de esa cifra, 730 millones los debe pagar antes del mes de junio de este año. Además, de esos mil millones, 322 son por conceptos de cuentas por pagarle a otros equipos europeos por concepto de fichajes. De este monto que corresponden a deudas y pagos pendientes con otros clubes, 126 correspondían a pagos pendientes a corto plazo, mientras que los 196 restantes son pagos adeudados a largo plazo.