Las claves del 'despegue' del Barça en el tramo más decisivo de la temporada

"Han hecho todos un partidazo, a nivel individual y como equipo. Hemos hecho las cosas de forma excelente. Es momento para soñar", eran las declaraciones de Xavi Hernández tras la victoria del FC Barcelona contra el Atlético de Madrid. Se trata de su mensaje más positivo en lo que va de año y una 'prueba' de que, de cierto modo, se han liberado de la presión que les atormentaba en estos últimos tiempos. 

Y es que el Barça comenzó el 2024 envuelto en dudas y sin respuestas. Enero fue el mes más duro de un equipo que vio cómo el Real Madrid se distanciaba en la clasificación y le goleaba en la final de la Supercopa de España, mientras que el Athletic Club le echaba, también, de la Copa del Rey. El mes terminaba con la goleada del Villarreal en el Estadi Olímpic Lluís Compannys y el anuncio de la dimisión de Xavi Hernández, efectiva a partir del 30 de junio de este año. 

El 'despegue' más seguro del Barça

Desde entonces, el equipo ha ido reaccionando poco a poco. Han disputado diez partidos desde entonces, con un saldo de siete victorias y tres empates que le han permitido alcanzar la segunda plaza de la clasificación, adelantando al Girona, y colarse en los cuartos de final de la Champions League por primera vez desde la temporada 2019/2020; la de la pandemia y burbuja de Lisboa. Han ido dando 'pasos de bebé' hasta encontrar una versión mucho más regular y que, como explicaba el entrenador, les permite soñar. 

Aún queda mucho camino para que el Barça sea el equipo que marque la diferencia y que pueda mantener el ritmo para sumar, por ejemplo, cinco victorias seguidas, pero sí que se ha notado una importante mejoría en varios aspectos clave. El paso adelante ha estado dirigido por una 'mezcla' entre los veteranos -las famosas 'vacas sagradas'- y el talento exportado desde La Masia. Jugadores como Marc-André ter Stegen, Robert Lewandowski e Ílkay Gündogan han tomado las riendas en un equipo en el que Pau Caubarsí (17) y Lamine Yamal (16) también son protagonistas. 

El Barça sufre menos en defensa

Donde más se ha notado la mejoría ha sido en la retaguardia. Los culés suman 403 minutos sin encajar goles (desde la visita al Real Club Celta en Balaídos). La presencia de Araújo y Cubarsí en el eje ha sido vital, pero también el aporte de Andreas Christensen desde el mediocentro y la regularidad que, finalmente, han encontrado Jules Koundé y Joao Cancelo. Cada vez ha sido más difícil que 'ganen' la espalda a los defensores y siempre aparece un jugador más para corregir. 

A todo eso, hay que sumarle la presencia de Marc-André ter Stegen. Contra el Atlético de Madrid mostró una versión decisiva y que 'mantuvo' la calma cuando el cuadro rojiblanco tuvo opciones de descontar en el marcador. Tras su lesión ha vuelto a ser un muro y resulta una pieza clave para la consistencia del equipo en los metros finales. Es el líder silencioso bajo los tres palos. 

Paso adelante a nivel ofensivo

La nueva solvencia defensiva ha estado respaldada por un paso adelante en lo que a la creatividad y aporte ofensivo se refiere. Gündogan se ha convertido en la pieza vital del centro del campo del Barça y un jugador indiscutible, llevando las riendas del equipo incluso cuando no han estado presentes Frenkie de Jong y Pedri González. El teutón no ha bajado el ritmo y es el 'culpable' del paso extra a la hora de adelantar líneas, algo de lo que normalmente se aprovechan Lewandowski y Lamine Yamal, máximas referencias en el ataque. 

El internacional con Polonia parece haber recuperado por completo no solo su olfato goleador sino también su aporte en la creación de ocasiones. Ante el Atlético dejó la mejor prueba de ello, con dos asistencias y un gol. Cuando participa al Barça se le hace mucho más fácil tener el dominio ofensivo del partido. A eso, hay que sumarle el ascenso de un Lamine que es la pieza más diferencial a nivel ofensivo. Su desparpajo, creatividad, velocidad y gran capacidad para definir le convierten en la esperanza, a presente y futuro, del club.