En la plantilla del FC Barcelona hay jugadores con más o menos calidad y más o menos 'ADN azulgrana', pero lo que tienen todos en común este año es una capacidad de lucha que está siendo decisiva. Entre las dolorosas excepciones está André Gomes, que apuntaba a estrella en Valencia y se apagó nada más llegar al Camp Nou. El club le ve madera de crack, pero no hay manera de encontrársela.
El Clásico fue la enésima confirmación de lo que ya es una constante cuando el portugués está en el campo: Va a otro ritmo. Tuvo nueve minutos para demostrar que tiene hambre y que podía machacar a un equipo roto, pero ni siquiera fue capaz de igualar lo que a Aleix Vidal le costó unos segundos.
André Gomes tuvo dos grandes ocasiones con el Real Madrid partido y volcado en busca del gol del honor, pero en dos jugadas calcadas se le hizo de noche y acabó sin encontrar las redes. En la primera de ellas, rondando el área por el flanco izquierdo, se durmió y su remate lo consiguió despejar un defensa. En la segunda, ni siquiera hizo falta, en la misma posición se le marchó alto el disparo. Es desesperante.
Sin tensión
La peor noticia para el Barça es que, más allá de una calidad que sí se sabe que el portugués tiene demasiado guardada, lo que le lastra es una alarmante falta de carácter. Jugadores como Gerard Deulofeu, Paco Alcácer o Thomas Vermaelen han sabido ganarse, en mayor o menor medida, una oportunidad a base de rabia, de coraje y de entrega, algo que a André le queda muy lejos. Las opciones, aun así, le siguen llegando.