La victoria ante el conjunto dirigido por Julen Lopetegui por el compromiso de Liga ha dado pistas a Ronald Koeman sobre cómo encarar el siguiente duelo, donde no solo deberá plantear un buen partido: las condiciones obligan a ser infalibles en el ataque e impenetrables en la defensa.
Las modificaciones del neerlandés en el último partido parecieron surtir efecto. Si bien el 3-5-2 ya había sido implementado en la temporada, en esta ocasión podría ser la fórmula indicada para hacer daño a los andaluces en la búsqueda del boleto a la final de la Copa del Rey.
Con él, la defensa azulgrana lució mejor en el campo y no encajó ningún tanto. Para Koeman, el cambio obedece a la necesidad de aumentar la presión: “Hemos cambiado de sistema, sobre todo para intentar presionar bien al Sevilla, como hemos hecho desde el primer minuto hasta el último minuto, que no hemos dejado tranquilo al Sevilla con el balón. Y, además, aprovechar la rapidez de Ousmane arriba, e intentar llegar con los pases de Leo o de otros mediocampistas”.
Presión y efectividad: las claves para Koeman
Se espera que el neerlandés repita la dosis ante el Sevilla el próximo miércoles. Con ella, podrá asfixiar mejor a los rivales mientras Dembélé gana terreno para hacer daño. No obstante, dadas las circunstancias de la eliminatoria, los nervionenses podría optar por encerrarse y defender el marcador a toda costa.
De salir así para el encuentro, Griezmann sería el sacrificado. Incluso Koeman echaría mano de Braithwaite antes que disponer del campeón del mundo. El gran dolor de cabeza es la ausencia de Pedri, pero podría dar entrada a Riqui Puig. Moriba sería otra de las opciones disponibles, mientras que en defensa se mantendría la línea de tres con Lenglet, Mingueza y Piqué, a la espera de alguna noticia positiva sobre Araújo, con Jordi Alba y Dest en las bandas.