Brugts está viviendo una de las transformaciones más impresionantes en el fútbol femenino en su paso por el FC Barcelona. En apenas unos meses, la neerlandesa ha dejado atrás su timidez y su adaptación al nuevo entorno para convertirse en una jugadora clave, destacando tanto dentro como fuera del campo.
Este nuevo carácter más atrevido y seguro de sí misma también se refleja en su juego. Durante el enfrentamiento contra el Manchester City, Brugts fue una de las piezas más destacadas del equipo. Jugando como extremo izquierdo, se asoció perfectamente con sus compañeras, creó espacios y generó jugadas peligrosas. Con gran versatilidad, terminó el partido como extremo derecho, una prueba más de su capacidad para adaptarse a distintas posiciones y aportar al equipo en todo momento.
El cambio de rumbo de Brugts comenzó mucho antes de llegar al Barça. Su destacada actuación en el Mundial fue clave para que el club blaugrana decidiera ficharla. En esa etapa, la jugadora se comprometió con un intenso plan de entrenamiento físico, centrado en mejorar su resistencia y capacidad para adaptarse a distintas funciones en el campo.
Este trabajo previo dio sus frutos rápidamente. Brugts, que antes se desempeñaba como extremo izquierdo, comenzó a desempeñar roles más defensivos y de carrilera, destacando por su capacidad para influir tanto en ataque como en defensa. Hoy, en el Barça, esa versatilidad es una de sus mayores fortalezas, permitiéndole brillar en un equipo que valora la adaptabilidad.