Ante el fichaje de Neymar por el Paris Saint-Germain, el FC Barcelona decidió hacerse con los servicios de Ousmane Dembélé, un jugador que el club ya seguía desde hacía tiempo. De esta forma, se hizo efectivo el pago de los 105 millones de euros para llevarse al extremo francés al Camp Nou con el objetivo de paliar la baja del brasileño.
La adaptación de Ousmane Dembélé no está siendo fácil. Su juventud, las dificultades con el idioma y las lesiones que ha sufrido desde que llegó al Camp Nou han frenado en seco su progresión, haciendo que Ernesto Valverde apueste antes por otros futbolistas que por él. Ante esta situación, el club decidió tomar medidas.
Los mimos del club para facilitar su adaptación van desde la plantilla y los técnicos, que están intentando introducirle a Barcelona, hasta sus condiciones de vida fuera de los terrenos de juego. Según la prensa catalana, el francés vive en una casa domótica y la entidad azulgrana le ha puesto a su disposición un cocinero, un chófer y un servicio de seguridad.
La filosofía del club con Ousmane Dembélé es clara: hay que tener paciencia. El delantero azulgrana, pese a ser el segundo fichaje más caro de la historia del club, solamente tiene 20 años. Someterle a la presión de tener que ser decisivo desde el primer día es algo que no le ayuda ni a su desarrollo ni a su rendimiento inmediato. Sin embargo, tal y como comentó Valverde, se espera que tanto él como Coutinho den un paso al frente.
Se espera mucho de Ousmane Dembélé
Ousmane Dembélé llegó al FC Barcelona el pasado verano procedente del Borussia Dortmund, pero la secretaría técnica lo seguía desde que jugaba en el Rennes. Desde el área deportiva tienen claro que el francés es el jugador ideal para el equipo dirigido por Ernesto Valverde. Incluso con Neymar en el equipo, se vio como uno de los jugadores que no se podían dejar escapar. Que acabe triunfando es cuestión de tiempo.