Se acerca el mercado de fichajes y los rumores en el FC Barcelona han vuelto a rondar a Ousmane Dembélé. El alto precio pagado por los catalanes y su irregular primer curso en la Ciudad Condal le han colocado fuera del Camp Nou, aunque recientemente ha habido voces importantes en el club que han salido a defenderle. Él mismo ni se plantea marcharse, porque está convencido de que la 2018-19 será su temporada.
Visto lo visto en las últimas semanas, es factible que el ex del Borussia Dortmund pueda dar un paso adelante en su segunda campaña como azulgrana, confirmando las buenas sensaciones que empieza a reflejar en sus últimos partidos. Es cierto que en Levante no continuó con todo lo que había apuntado contra el Villarreal, pero también lo es que en una mala noche colectiva apenas le llegaron balones.
Con apenas 21 años, el delantero galo cuenta con varias ventajas para superar su fase de adaptación, y algunas de ellas podría empezar pronto a ponerlas en práctica. Fue el propio Dembélé el que reconoció no hace demasiado que le faltaba ritmo para volver a rendir al máximo, y que ni siquiera físicamente se sentía al 100% después de tanto tiempo parado por las lesiones.
Ahora, tiene por delante el Mundial de Rusia y la pretemporada del Barça, que le ayudarán tanto a acumular minutos como a ir mejorando sus sensaciones en la escuadra culé. Además, en un año en el que algunos de sus compañeros podrían notar la fatiga acumulada por tantos partidos sin descanso, sus largos periodos de baja podrían tener finalmente alguna conclusión positiva. Estará más descargado.
La competencia no asusta a Dembélé
Que se sienta con confianza no implica que vaya a ser fácil ganarse un sitio en el once, y más después de otro periodo estival en el que llegarán refuerzos para el ataque. Dembélé tendrá que convencer en primer lugar a Ernesto Valverde, que no ha tenido reparos en reconocer sus méritos pero también ha frenado en algunas ocasiones sus oportunidades en el equipo.
Con compañeros como Leo Messi, Luis Suárez, Philippe Coutinho y si se confirma, Antoine Griezmann, el panorama pinta muy negro, pero las temporadas son muy largas y Ousmane sabe que habrá partidos para todos. En un club como el Barça es difícil hacerse hueco, y más cuando los futbolistas que le acompañan ya son estrellas muy consolidadas. El tiempo todavía le da margen.
Por si fueran pocos argumentos, el francés tiene un perfil distinto al del resto de opciones ofensivas, lo que le garantiza que en varios compromisos puede ser la solución. Quizá tenga que conformarse con ser revulsivo en los primeros encuentros, pero a medida que crezca se le podría recompensar. Lo que está claro es que no se quedará de brazos cruzados, porque su carácter le empuja a luchar.