Los primeros partidos oficiales del FC Barcelona bajo el mando de Ronald Koeman fueron francamente esperanzadores. Sin veteranos como Luis Suárez, Arturo Vidal o Ivan Rakitic y recuperando un nuevo sistema de juego (4-2-3-1) para la causa, el conjunto culé ofrecía brotes verdes muy interesantes. Un juego alegre e intenso que sirvió para atropellar a rivales como el Villarreal o el Celta de Vigo en las siguientes jornadas.
Se afianzaron jugadores como Ansu Fati o Philippe Coutinho, que no tardaron en hacerse imprescindibles, y asomaban jóvenes como Pedri González o Sergiño Dest, que se veían como grandes soluciones para el equipo. El problema fue que, poco a poco, el conjunto de Ronald Koeman empezó a perder ese impulso inicial para volver a la senda de los resultados irregulares y las dudas en el juego.
Naturalmente, en esa ecuación hay que meter las dichosas lesiones. Ronald Koeman empezó perdiendo por algunas semanas a futbolistas como Jordi Alba o Philippe Coutinho por problemas musculares, pero eso era solo un antesala de lo que estaba por venir. Ansu Fati y Gerard Piqué sufrieron graves lesiones en la rodilla y fueron diagnosticados con varios meses de baja, del mismo modo que un Sergi Roberto que sufrió otra grave lesión muscular.
Ahí empezaron los problemas reales para Ronald Koeman, que perdió a su mejor defensa y al que, por aquel entonces, era el máximo goleador del equipo. Los experimentos para cubrir las bajas no acabaron de funcionar y el resultado han sido pinchazos importantes como los de Cádiz, que alejó al FC Barcelona de los primeros puestos de LaLiga Santander, o ante la Juventus de Turín, cediendo el primer puesto en el grupo de Champions League.
Contra el Levante se ganó, pero tampoco transmitió buenas sensaciones el equipo. Se volvió al 4-3-3 en el primer tiempo, pero se volvió al 4-2-3-1 en el segundo. No importó el esquema, sino que se vio de nuevo un equipo al que le faltó frialdad en ataque y solidez en defensa. Al final, salvó los muebles Leo Messi con un gol que no niega que el argentino está tal vez en su peor momento como azulgrana.
Ahora toca, más que nunca, seguir remando. Ronald Koeman tendrá que seguir buscando la llave que le permita recuperar ese FC Barcelona fiable de las primeras jornadas. Los jugadores, por su parte, deberán dar un paso adelante para salvar una situación complicada. Toca sobreponerse a las bajas de larga duración y a las críticas externas para no descolgarse de una de las temporadas más complicadas de la historia.
El Barça no convenció ante el Levante