Para nadie es un secreto que uno de los más retratados en el duelo del FC Barcelona ante el París Saint-Germain (PSG) fue el lateral norteamericano Sergiño Dest, quien poco y nada pudo hacer para frenar al francés Kylian Mbappé, quien firmó un triplete para guiar a su equipo a llevarse el partido de ida de los octavos de final por 1-4, en otra noche aciaga para los culés en la máxima competición europea.   

La titularidad del chaval de 20 años, sin dudas, fue una apuesta bastante riesgosa del entrenador neerlandés Ronald Koeman, quien falló con él como lo hizo con Umtiti hace una semana ante el Sevilla por la ida de las semifinales de la Copa del Rey: simplemente no debieron salir. Sergiño solo había jugado 64 minutos en la remontada copera en Granada y otros 19 frente al Alavés por LaLiga.  

Estaba claro que su juventud y falta de ritmo, terminarían pasando factura. Aunque en honor a la verdad, tampoco la apuesta con Piqué resultó. No fueron ellos los únicos en fallar en el catastrófico partido en el Camp Nou, pero si los que llevaron la peor parte mirándole las espaldas a Mbappé, quien les sacó a pasear a ambos cada vez que lo deseó.  

Dest no compenetró bien con Dembélé, quien muy poco ayudó en defensa, y tampoco cumplió el mismo papel que hizo con Vinicius ante el Real Madrid. Su mal partido no pasó desapercibido en las redes sociales, donde fue duramente criticado por los seguidores del conjunto culé. Pese a todo, también hay que destacarlo, que estando el norteamericano fuera del campo las cosas no cambiaron. Mbappé continuó con su bombardeo y marcó el tercero en el 85'.  

Koeman lo arropó 

El jugador al final fue arropado solo por una persona públicamente: Koeman. "Sergiño Dest será muy bueno en cinco años", dijo el entrenador, quien catalogó de normal la derrota, entendiendo que el FC Barcelona está en reconstrucción. Palabras también polémicas y que podrían marcar el futuro del neerlandés. Lo cierto, es que Dest es un jugador proyectado para mejores actuaciones y este naufragio no debería frenar su progresión. Definitivamente, no fue el único culpable.