El partido de Champions que debe afrontar el Barcelona es cuanto menos algo irreal es cuanto al contexto, porque nunca los fanáticos culés ni los protagonistas de la historia del club se habrían imaginado que la vida en Europa dependía de ganar sí o sí al Dinamo de Kiev, uno de los más humildes en el torneo.
Al repasar los componentes tácticos y zonas de peligro vemos que sí, hay cosas que le permiten al club de Ucrania ser un rival complicado, pero nada que ver con jugarse la continuidad del Barcelona en su pelea por los octavos que a día de hoy, parece algo lejana y peor es la sensación del aficionado.
Bálsamo efectivo haberle ganado al Valencia con carácter y autoridad, además de destellos de buen fútbol, pero nada que ver con lo necesario para jugar en el campeonato continental que por cierto, tiene pendiente toda la vuelta, por lo que nada de alegrías incluso ganando hoy en la jornada correspondiente.
Los peligros y lunares que debe enfrentar el Barcelona están incluso dentro del equipo, comenzando con un Koeman que sigue apostando al apocalipsis en Champions y una plantilla que según vaya el día te regalan algo de fútbol o simplemente son incapaces de reaccionar y se muestran inoperantes en el campo.
La vuelta de los partidos ante Benfica y Bayern no son precisamente motivos para festejar, porque si bien al club portugués se le puede ganar, la diferencia con los alemanes es notoria y con el aliciente de poder eliminar al Barcelona seguro que salen con algo de motivación extra, por lo que llegar con vida es vital para el equipo.
Pocas opciones
Ansu Fati podrá ser titular pero no más de una hora, Agüero tal vez pueda disputar 30 o 45 minutos, y ya. El equipo sigue idéntico y los que pueden hacer la diferencia siguen tocados, recuperando y con pocas opciones para ser sustituidos, por lo que comenzar con todo desde el mismo arranque del partido será vital para los culés.