Las dos caras del FC Barcelona contra la Real Sociedad

El FC Barcelona de Ronald Koeman es claramente un equipo de contrastes. Si algo ha demostrado esta temporada el conjunto barcelonista es que es capaz de lo mejor y de lo peor. De hecho, en ocasiones los culés incluso pueden ser el doctor Jekyll y Mr Hide en un mismo partido. Contra la Real Sociedad, por ejemplo, los azulgrana volvieron a demostrar esta teoría que tanto debe preocupar al barcelonismo.

El Barça estuvo sensacional en la primera parte contra los donostiarras. Los locales salieron a comerse el campo y a comerse al líder de LaLiga, que aún con bajas, seguía siendo un rival tremendamente peligroso. Esa intensidad y esas ganas que mostraron los catalanes desde el primer minuto fueron el primer pilar para construir una primera mitad que debería ser el ejemplo a seguir para lo que resta de campaña.

Los blaugrana jugaron con velocidad, fueron a presionar muy arriba, desconectaron a un gran equipo como la Real, generaron muchas ocasiones y, en resumen, estuvieron fantásticos en los primeros 45 minutos. Estuvieron tan bien que, de hecho, incluso consiguieron algo que no lograban desde febrero: remontar un partido y acabar ganándolo. Los culés se sobrepusieron al tanto de Willian José y le dieron la vuelta al marcador en el primer tiempo con los goles de Jordi Alba​ y Frenkie de Jong.

El juego, las oportunidades y las sensaciones hicieron que al descanso el Barcelona se mereciera llegar con algún tanto más de diferencia. No obstante, eso no ocurrió y el inteligente e interesante doctor Jekyll se empezó a transformar en el monstruoso Mr Hide en el intermedio. Tras el paso por los vestuarios, prácticamente no quedó ni rastro de ese Barça dinámico, asfixiante e ilusionante que puso contra las cuerdas al líder de LaLiga.

El Barça no dio el nivel en la segunda parte

Poco a poco, desde que empezó la segunda parte, los barcelonistas dejaron de dominar y acabaron siendo sometidos por una Real Sociedad que mandó con la pelota en buena parte de los segundos 45 minutos. Los de Imanol Alguacil fueron mejores y empezaron a generar llegadas peligrosas que pudieron transformarse en goles. Marc-André ter Stegen tuvo que evitar el empate en un doble paradón a Alexander Isak y Pedri también evitó que el sueco definiera un uno contra uno ante el alemán.

La sensación de impotencia que dio el Barça en la segunda mitad recordó a los peores partidos de este equipo esta temporada. El cansancio, además, influyó bastante en que esta desconexión fuera aún más profunda. La carga de partidos es evidente y los futbolistas están empezando notarlo. Tampoco ayudaron los cambios de un Koeman que no acertó en su dirección de campo.

El resultado de todo esto fue ver a un Barcelona que persiguió el balón durante buena parte del segundo tiempo y que apenas pudo descansar teniéndola. Si la Real hubiera estado algo más acertado en tres cuartos de campo, probablemente los culés hubiesen vuelto a 'pinchar' y la lectura del encuentro sería otra bien distinta. Por suerte, los 'txuri-urdin' no tuvieron su noche y los azulgrana supieron sufrir y consiguieron un triunfo que podría ser vital para el devenir de LaLiga.