Duras conclusiones tras el Clásico: Araújo y Balde retratan a los atacantes del Barça

El FC Barcelona fue un conjunto de despropósitos en la segunda parte del Clásico contra el Real Madrid por la semifinales de la Copa del Rey que acabaron con la eliminación de los azulgrana y una goleada aplastante y, sobre todo, dolorosa. Fue un partido que dejó bastante a los catalanes y del que hay que sacar demasiadas conclusiones para mejorar de cara al futuro porque, sin lugar a duda, fue un paso atrás. 

Si bien los atacantes azulgrana estuvieron muy protegidos, Robert Lewandowski por Eder Militao y David Alaba, así como un Raphinha que muy pocas veces pudo zafarse de Eduardo Camavinga, el Barça no tuvo muchas alternativas para plantarse en el campo rival y preocupar a Thibaut Courtois, más allá de dos acciones en las que Ronald Araújo y Alejandro Balde fueron protagonistas... y retrataron al resto de sus compañeros. 

Dos acciones que dieron 'vida' al Barça

Si no hubiese sido por las dos acciones de los jugadores que se posicionaron en los laterales. Tanto Araújo como Balde fueron los jugadores más destacaron sobre el terreno de juego y fueron quienes propusieron las únicas dos acciones de peligro claras que tuvo el Barça en la seguda parte. De hecho, el lateral izquierdo fue el que más intervino en el juego, con 75. 

Además, registró seis regates, tres de ellos con éxito. Envió cinco centros al área y creó tres ocasiones, con dos remates. Uno de ellos, fue a portería y obligó a Courtois a salir para desviarlo. Otra, de Ronald Araújo, desconcertó a los defensores del Real Madrid con dos recortes para mandar un disparo que acabó saliendo, desviado, por muy poco. El charrúa completó tres regates, dos de ellos con éxitos, dos remates y dos duelos aéreos ganados. 

Un 'mensaje' para el Barça 

Lo cierto es que es una muy mala noticia para el Barça que sus principales recursos ofensivos sean, precisamente, dos defensores. La imagen de jugadores del equipo quedó bastante tocada, sobre todo la de un Lewandowski que sigue sin aparecer cuando más se le necesita. Es un mensaje que debe calar en el club para buscar soluciones más allá de lo que pueda ofrecer un único futbolista a la hora de sumarse al ataque.