Ha costado más de lo esperado, pero tras la complicada marcha de Neymar, el FC Barcelona ha dado un golpe sobre la mesa en el mercado. La mayoría de líneas han recibido refuerzos en los últimos meses, pero la actividad en los despachos no se detiene. Los catalanes mantienen la planificación a medio-largo plazo, y tendrán que tomar decisiones importantes.

El relevo generacional en la plantilla es la cuestión capital que afrontan en el Camp Nou, con un cambio de ciclo que se pretende que sea lo más suave posible y sin restar competitividad. Los años pasan para todos, pero algunos futbolistas han demostrado que son y serán referencias futuras del conjunto azulgrana, como por ejemplo Marc-André Ter Stegen o Samuel Umtiti.

A pesar de todo, hay un punto que provoca cierto debate en las intenciones culés para sus próximas incorporaciones, y es que podrían frenar la progresión de algunas de sus propias jóvenes promesas. La carrera de Yerry Mina, Arthur o las estrellas que se siguen en el Ajax será paralela a la de algunos miembros del filial, y hay cierto temor a que la cantera siga perdiendo peso.

¿Cartera o cantera?

Está claro que si el Barça quiere continuar por el camino que le ha llevado a ser uno de los mejores clubes del mundo debe apostar por su estrategia de combinar la Masia con los fichajes, pero para ello hay que buscar soluciones efectivas y con la mayor brevedad posibles. Algunos de los proyectos de futuro del vivero culé se están marchando antes de tiempo, y los que se quedan tampoco acaban de verlo claro.

Jugadores como el colombiano o el brasileño deben ser la fuerza que guíe a los azulgrana junto a los Aleñá, Arnáiz, Busquets y compañía, con un ojo puesto fuera, para evitar los errores de los últimos tiempos y dejar gangas a merced de los grandes rivales europeos, y otro dentro, para evitar más fugas dolorosas. Hoy, más que nunca, el futuro va en ello. Y toca aplicarse a fondo.